jueves, marzo 14, 2024

DESCONOCIDOS (ALL OF US STRANGERS)

 


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La tradición británica de la ficción de fantasmas parece que se resiste a desaparecer, al igual que muchas de las ánimas de las historias de este género, pero lo más sorprendente (y grato) es que aún puede deparar en obras magníficas en el arte cinematográfico, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, tal y como lo demuestra esta curiosa y un tanto extraña pero efectiva y poética mezcla de drama, intimismo, historia familiar, amor y fantasía sobrenatural que ha dado como resultado un filme realmente fascinante. Pero es necesario señalar que el guion de esta cinta británica esta inspirado en la novela japonesa del mismo nombre de Taichi Yamada, fusionando teóricamente dos de las visiones del tema espectral más influyentes de la cultura universal, la nipona y la inglesa, aunque lógicamente en esta versión se decante por la segunda. Con todo, esta claro que All os us strangers no es solo una historia de fantasmas ya que su propósito es claramente intimista y humanista, centrado en el duelo y la reacción ante la muerte de seres queridos y todas las consecuencias que conlleva, el lamento por las oportunidades perdidas con las personas fallecidas y el deseo por mantener su recuerdo de la manera más positiva, aunque a veces esto no siempre sea posible. A ello se le añade tangencialmente una extraña historia de amor gay entre dos seres por razones distintas desesperados, melancólicos y desubicados que buscan un nuevo sentido a su existencia aunque diferentes acontecimientos convertirán esa relación en algo muy, muy extraño. Andrew Haigh dirige y gioniza con clase y determinación y no pocos elementos de cine indie y guiños audiovisuales y comunicacionales contemporáneos una película que es de lo mejor en lo poco que llevamos estrenado en este 2024.

Adam (Andrew Scott, estupendo) es un guionista y escritor rayando la cincuentena que aparentemente vive una vida bastante anodina y solitaria en un piso de un gris barrio de Londres, rodeado de recuerdos de infancia y viejos vinilos de los 80. Una tarde sale hacia las afueras de la ciudad para visitar la casa donde pasó su niñez antes de la trágica muerte de sus progenitores, ahora abandonada. Pero la vivienda está ocupada precisamente por sus padres (Jamie Bell y Claire Foy) quienes conservando su apariencia de treintañeros cuando murieron reciben con naturalidad a su hijo ya adulto mientras que el propio Adam aunque tal vez sobrecogido interiormente acepta ese “regreso” con una mezcla de ilusión por recuperar lo perdido y desconcierto. Las visitas de Adam a sus padres se repetirán como un intento de redención pro ambas partes mientras que el escritor inicia una relación con su misterioso pero locuaz y carismático vecino, el joven Harry (Paul Mescal). El extraño viaje que emprende Adam parece extraño e inquietante y no solamente con sus encuentros con sus padres fallecidos sino porque todo lo que le rodea a partir de ese momento- incluida su historia con Harry- parece incongruente y pesadillesco. Para mostrar todo esto la película no escatima recursos narrativos desconcertantes y varios trampantojos de guion y de imagen que remiten a Roman Polansky o David Lynch pasados por un tamiz modernista, recursos que hacen del filme a veces algo incómodo de ver pero que de modo alguno suprimen o reducen otras aristas del filme en cuanto a sus propósitos, el principal el de mostrar un psicodrama familiar con la muerte como telón de fondo en toda su crudeza: aquí la dialéctica entre los padres y el hijo al que nunca vieron madurar resulta efectiva, emocional y conmovedora con excelentes momentos cargados de inquietante simbolismo. La historia de la relación sexual y amorosa entre Adam y Harry lleva a otra simbología que enlaza el “poder del amor” (soberbia la utilización de la legendaria balada de Frankie Goes to Hollywood) con la victoria sobre la muerte y que quiere rememorar de manera reivindicativa retroactiva la dificultad del declararse homosexual en los años 80, década que se homenajea a su manera en este filme especialmente en su BSO. Puede que el final sea excesivo y la poca explicación de todo confunda a algún espectador, pero Desconocidos es una película diferente que puede gustar a públicos variopintos.

lunes, marzo 04, 2024

DUNE: PARTE DOS (DUNE: PART TWO)

 


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Era prácticamente un hecho que tarde o temprano la segunda entrega de la nueva adaptación del inmortal de la ci-fi Dune por parte de Dennis Villeneuve- cuyo primer capítulo llegó en 2021- iba a asomar por las pantallas y también era totalmente esperable que su calidad iba a ser pareja a la de aquella magnífica primer parte. No solamente eso, se puede decir que esta Dune Parte Dos es ligeramente superior, algo en lo que influye también que se trata de la adaptación de la segunda parte de la primera novela original, el tramo más interesante de la obra que Frank Herbert escribió en 1965: la proclamación de Paul Usul Muad´Dib Atreides en líder de los Fremen de Arrakis/Dune y su caudillaje en la guerra contra los canallescos y siniestros Harkonnen y contra la corrupta casa imperial galáctica al tiempo que su viaje de iniciación y maduración personal parece concluirse, aún a costa de parecer un arrogante líder mesiánico destinado a gobernar todo el universo. El guion adaptado de Villeneuve y Jon Spaihts vuelve a ser esforzado y con enorme tino a la hora de abarcar la complejidad de una historia que une aventura, filosofía, religión o ecología y además triunfa a la hora de mostrar el devenir de la historia y sus varios recovecos, aún a costa de variar ligeramente algunos acontecimientos. Dennis Villeneuve demuestra ser un director con recursos y polivalente como muestra en en superproducciones como esta; está de todas formas por ver si se conducirá de modo similar en otro tipo de cine que no sea la ciencia-ficción o las grandes producciones, pero a buen seguro hará también allí buen papel puesto que en no pocos pasajes más dramáticos o intimistas de este filme demuestra buenísima mano.

Timothée Chalamet vuelve a encabezar el coral y eficaz reparto internacional en donde con respecto a la primera parte repiten Rebeca Ferguson (Dama Jessica), Javier Bardem (Stilgar), Zedaya (Chani), Josh Brolin (Gurney Halleck), Dave Bautista (Glossu Raban), Stellan Skarsgard (Barón Harkonnen) y Charlotte Rampling (Reverenda Madre Gaius Helen Mohiam) y se incorporan como rostros más destacados Cristopher Walken (Emperador Padishah Shadam IV), Florence Pugh (Princesa Irulan) , Léa Sydoux (Margot Fenrig) y el actor en alza Austin Bultler como Feyd-Rautha Harkkonen, sobrino del barón y malvado a machacamartillo que Butler interpreta con solvencia. De nuevo con escenarios y paisajes fastuosos (sobre todo los que se desarrollan el desértico planeta Arrakis) y escena de acción y batalla hechas con seso y con nada de la parafernalia barata que gusta de hacerse ahora, la película parece beber del encanto de viejas superproducciones como Los Diez Mandamientos o Cleopatra pero Villeneuve que es un tío listo y que además muestra ser un fan de la saga literaria no se queda en solo en eso sino que se permite insertar las diatribas filosóficas y oníricas de la novela original de una manera inteligente y magistral - en base a digresiones narrativas y consabidos insertos “visionarios” y de nuevo en el plano formal también nos regala curiosas y espectaculares secuencias como la filmada en blanco y negro que ilustra un combate de gladiadores, escena de la novela muy querida entre sus seguidores que por cierto David Lynch no pudo incluir por falta de tiempo en su adaptación de 1984 (¿homenaje al director de Montana?). Y por supuesto, una vez más, tenemos unos efecos especiales de los que quitan el hipo.

La renuncia a mostrar el acontecimiento apoteósico con el que finalizaba la novela y el hecho de que Lady Jessica no haya dado a luz a su hija Alia (ojo, sorpresa a con este personaje en este filme) indican que puede que haya al menos una nueva entrega de l nuevo Dune cinematográfico en forma de adaptación de las secuelas del primer libro, El Mesias de Dune e Hijos de Dune. Pues veremos, pero de momento, estas dos adaptaciones del primer título de la saga de Frank Herbert son verdaderamente excepcionales, esperemos que nuevas generaciones de espectadores y lectores sepan gracias a ellas que al ciencia ficción no es solo un espectáculo vacuo de buenos y malos.  


domingo, marzo 03, 2024

LA ESTRELLA AZUL

 


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En la actual vorágine de bografías cinematográficas de músicos de rock tenía que haber sitio forzosamente para aquellos y aquellas situados en la categoría de los malditos; de momento no ha habido mucha película sobre estas figuras bastante abundantes en la historia del la música popular a excepción de Sixto Rodríguez, cuyo galardonado biopic documental Searching for Sugar Man (2014) es por cierto referencia hecha por la crítica española en relación a este sorprendente y muy logrado filme de ficción español que se acerca a la figura de un músico de culto no muy conocido pero con seguidores y muy talentoso: Mauricio Aznar (1964-2000), cantante, guitarrista, músico y poeta zaragozano cuya curiosa historia se nos cuenta en una película inclasificable y a caballo entre el docudrama y la ficción que de momento es una de las sorpresas más agradables de lo que llevamos de año en el cine español. Por supuesto, esperemos también que abra la veda a otros biopics musicales en el cine ibérico en años venideros, pero esta película hecha en coproducción con Argentina (en donde se ha rodado también gran parte) va más allá del biopic o del cine musical con una obra que en todo momento trata de huir del convencionalismo y que jugando con el drama, el costumbrismo y la comedia y con un constante enfoque antropológico y de retrato intercultural - en este caso entre Argentina y España focalizándose en la música- y con una sugerente utilización de la intertextualización metacinematográfica y de las fronteras entre lo real y lo recreado ofrece un espectáculo narrativo nada habitual en el cine comercial y que dejará con excelente sensación a cualquier gourmet cinéfilo. Javier Macipe, joven realizador forjado en documentales y cortometrajes, dirige magistralmente un filme que le augura un enorme futuro.

Esta historia de Mauricio Aznar, figura clave del rock aragonés, uno de los cabezas visibles del movimiento rockabilly en España, líder y fundador de la banda Más Birras y desde mediados de los 90 hasta su muerte volcado en difundir en la península el rico folclore argentino de la provincia de Santiago del Estero, esta centrada en la década de los 90 cuando precisamente Mauricio abandona la capital maña para viajar a Santiago del Estero para conocer de primera mano la música de ese lugar, que tanto le fascinaba y también para librarse de sus adicciones y tratar de reconducir su vida personal y familiar. Para ilustrar este aspecto que la película fija como clave se ha recurrido a las mismas y exactas localizaciones argentinas de la historia real con los mismos protagonistas sin trampa ni cartón: los Carabajal, la estirpre santiaguera de músicos que acompañó a Mauricio Aznar aquellos días ejerciendo en el tutela musical y personal y casi relación familiar se interpretan casi todos a ellos mismos, con el veterano cantautor y folclorista Cuti Carabajal interpretando a su hermano Carlos, mítico músico ya fallecido patriarca de los Carabajal y maestro de Mauricio. Ante estos datos, esta claro que estamos ante una película no muy usual en donde se recurren a todo tipo de recursos -dramáticos, poéticos, más costumbristas, y por no hablar de los momentos en los que se rompe la cuarta pared o la película de ficción se sale de si misma- para narrar un viaje inciático y de maduración, el de un ser desesperado en lo personal y superado por un negocio musical del que cada vez se siente menos parte que halla a bastantes kilómetros de su hogar el verdadero sentido de su existencia, unido a su cambio de percepción de la finalidad y la utilidad de la música y de la creación artística. Dentro de un casting lleno de juegos y trampantojos, Pepe Lorente, que encarna a Aznar, lo hace con solvencia, convicción y profesionalidad: se nota que el actor ha querido imbuirse del espíritu del personaje en una total inmersión - el mismo Lorente canta todas las canciones- y el resultado ha sido de chapó, con una interpretación matizada y prácticamnte diferente en cada uno de los instantes de la vida del personaje.

Con una excelente recreación de conciertos de Más Birras en los 90, una magistral oscilación y modelación dramática, unas interpretaciones de diez (con la mayoría no olvidemos actores no profesionales, especialmente los argentinos) y un especial cuidado en las escenas argentinas, La Estrella Azul ha resultado la sorpresa de la temporada. No faltan guiños como la presencia del no menos grande Gabriel Sopeña, gran amigo y colaborador de Mauricio, al final del filme o el cameo vocal de Enrique Bunbury, discípulo y admirador de Aznar, en forma de mensaje en el contestador. Una película que debe verse y degustarse.

domingo, febrero 25, 2024

BOB MARLEY: ONE LOVE

 


*** y 1/2

Los bopics de leyendas de la música popular siguen su marcha por las pantallas con filmes, como este que nos ocupa, más que eficientes. Bob Marley (1944-1981) el padre del reggae y una de las más influyentes figuras del rock de todos los tiempos tiene por fin su película en una producción honesta y esforzada aunque sin grandes alardes que dirige con habilidad Reinaldo Marcus Green. Focalizada entre los años 1976.1978 con algunos flashbacks en la década de los 60 - un importante acierto a la hora de tratar la historia- One Love trata de hacer una semblanza más personal y social que espiritual (que también hay y mucho) de Marley y pese que en ocasiones parece que está hecha con formulario y tópicos sobre biopics realmente logra sus propósitos de manera clara. Una cuidada ambientación en la Jamaica de los 70, una esforzada contextualización en la peculiar y conflictiva realidad politicosocial de la isla en la época y una introducción a la filosofía de la religión Rastafari refuerzan la credibilidad del filme, trufado de vistosas imágenes - espectaculares recreaciones de conciertos- y las canciones de Bob Marley, a veces interpretadas por el auténtico y otras veces por del Marley de la pantalla, Kingsley Ben-Adir, quien realiza un excelente trabajo.

La lucha de un hombre en un país pobre y casi sin esperanza, y sus ideas sobre la libertad y la paz extrapolables a cualquier contexto todo ello con la música como arma de combate son el patrón que marca el devenir del argumento del filme, centrado en la personalidad del músico y sus desvelos y contradicciones: su difícil relación con la industria discográfica, la tumultuosa vida familiar y la no fácil convivencia que tenía con su esposa Rita (Lashana Lynch) y las dificultades de mantener una vida personal y profesional plena y satisfactoria en su propio país son los aspectos más oscuros que trata el filme, los cuales se encuentran perfectamente situados en al narración. Por contra, cierto recurso a la simbología onírica para tratar el lado más espiritual de Bob Marley como rastafari se encuentra algo difuso y con demasiados recursos fáciles. No obstante, en líneas generales One Love: Bob Marley resulta un filme biográfico musical más que dgno que gustará tanto a seguidores del músico jamaicano como a quienes apenas han oído sobre él (y ene se sentido la propia película nos regala en su sountrack algunos de sus mejores temas, una gloria oírlos)

domingo, febrero 18, 2024

PRISCILLA

 



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Todavía relativamente reciente el Elvis de Buz Luhrmann la figura de Elvis Presley vuelve a asomarse por la gran pantalla, pero esta vez desde un prisma diferente ya que Sofia Coppola se ocupa en su nueva película de la esposa del “Rey”, Priscilla Wagner, conocida internacionalmente como Priscilla Presley. Con el beneplácito de la viuda de Elvis, que es productora ejecutiva de la cinta, y basándose en su libro de memorias Elvis and Me, la ilustre heredera del clan Coppola firma un biopic bien hecho, voluntarioso y que como gran acierto va directamente al grano: el mostrar la infelicidad de la joven esposa en su matrimonio con una gran estrella del show bussiness; pero sin embargo la cinta se percibe como coja en muchos aspectos. Es cierto que la joven Cailee Spaeny pone toda la carne en el asador para dar vida a Priscilla entre los 14 y los 29 años (la actriz cumple este año 26 años) y ella es prácticamente toda la película y que la ambientación en los 50, 60 y 70 es perfecta, pero tal vez lo poco dinámico de la escenografía (casi todo pasa en la mansión de Graceland ) y lo un tanto obvio y manido en la descripción de la relación tóxica del matrimonio (ninguneo, ausencias, algún conato de violencia) solo consiguen que Priscilla sea un buen filme a secas y eso que Sofia Coppola da muestras a que no renuncia a ser un autora y de vez en cuando haya destellos de su buen hacer y genialidad hereditaria. Y tampoco es que la interpretación del australiano de origen vasco Jacob Elordi como Presley, demasiado plana aunque esforzada y a bastante distancia de la que hizo Austin Butler, sea lo que necesite la película. Para más inri, casi no se oyen canciones del artista en todo el filme por problemas con los derechos, lo que lo lastra irremediablemente (la cosa se compensa con un buen puñados de clásicos de los 50 y 60 en la BSO). Pero que nadie se asuste, porque en Priscilla hay buen cine y una aproximación bastante esforzada a la realidad de Elvis, Priscilla y el complejo mundo que se urdió entre ambos.

La historia comienza en Alemania en 1959 con una adolescente Priscilla a la que la ya famosísima estrella del Rock le termina cortejando iniciando una relación casi secreta que no culminará realmente hasta la boda de ambos en 1967. Tutelada durante largo tiempo por el propio Elvis y el padre de este, la joven Priscilla tuvo que madurar a marchas forzadas pero jamás tuvo en su marido una relación amorosa propiamente dicha. Todo esto aparece muy bien reflejado en la película, en donde se presta especial atención a todo el séquito de colaboradores, parientes, amigos, músicos, y empleados que rodeaban a Elvis en su vida más o menos doméstica, en la cual Priscilla a duras penas encaja. Como biopic, la película triunfa y es convincente, lo mismo que como drama intimista, pero se echa en falta más emoción y algún momento verdaderamente de gran cine. Pero como opción de ver algún buen filme en los próximos días, Priscilla no defraudará.


martes, febrero 13, 2024

SALA DE PROFESORES (DAS LEHRENZIMMER)

 



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Funciona a las mil maravillas la ambientación en el mundo escolar y docente de este efectivo drama alemán que sin ofrecer tópicos manidos del cine protagonizado por profesores y alumnos y sin caer en el melodrama fácil e impostado muestra una serie de situaciones muy reales y extrapolables a cualquier entorno de la sociedad occidental sin una conclusión exacta y plausible. De hecho el personaje central de la idealista e ilusionada profesoratermina convirtiéndose - justa o injustamente- en una antiheroína y casi en una villana en una historia en donde la multiplicidad de visiones, los errores, las diferentes opiniones, la búsqueda de la verdad y el sentido de la justicia son leiv motivs que prácticamente terminan diluyéndose para ofrecer una crónica de ciertos males sociales de nuestro tiempo (prejuicios raciales, corporativismo, bienquedismo, egoísmo) en donde más que obervarse soluciones sencillamente se limita a exponer dichas deficiencias. Es cierto que a la película le falta garra, convicción y más dosis de buen cine desde el punto de vista dramático y por ello no deja de ser solo una buena película a secas, pero su planteamiento resulta enormemente intersenate a si como su convincente realismo naturalista.

Carla Nowak (Leonie Benesch) es una joven profa de matemáticas y educación física en un instituto de educación secundaria que ante una racha de robos en el centro que apuntaba erróneamente a un alumno de origen turco decide con la mejor de sus voluntades investigar por su cuenta colocando una cámara cerca de la sala de profesores, captando el dispositivo la entrada de la secretaria del instituto en la sala d, previa a la desaparición de dinero de la propia Carla. La propia ilegalidad de la acción con la cámara, la aseveración de la secretaria (madre además de un alumno de Carla) de su inocencia, las consecuencias para el chaval por la presunta culpabilidad de su madre y la cada vez mas agobiante situación de la docente en el centro tanto con el resto del profesorado como con el alumnado, los padres y madres de alumnos, con la dirección y consigo misma terminarán tejiendo una tela de araña en la que cada vez es más difícil salir y en la que cualquier solución se vislumbra difícil. La maestría del guion consigue una historia apasionante y bien contada realista y con mensaje, pese a que en ocasiones la multitud de temas abordados no parece el mejor recurso para ofrecer una historia concluyente. Con unos intérpretes adolescentes que están maravillosamnte bien- en especial Leonard Stettnisch que encarna al atribulado hijo de la acusada, en el que caerá casi todo el peso el caso y la ira de sus compañeros- y un rparto en general que funciona con creces. Sala de Profesores pese a no ser ningna obra maestra merece algo más de ser la típica película que en el futuro se pondrá en cineforums de enseñanza secundaria. De momento, allí está entre las nominadas a Mejor Película Internacional en los Oscar 2023.

miércoles, febrero 07, 2024

POBRES CRIATURAS (POOR THINGS)

 


**** y 1/2

Que aún queden directores personales, innovadores y sorprendentes como Yorgios Lanthimos es una excelente noticia. El realizador griego ya es autor de un filmografía tan fascinante como inquietante en sus temas que culmina de momento con la que es hasta la fecha actual su obra maestra, un inclasificable cuento fantástico con un inusualmente presentado mensaje de empoderamiento femenino y de rebelión personal y contra las injusticias que trata de despistar inteligentemente al espectador y sobre todo de hacerle partícipe de una historia inverosímil y extravagante que pese a todo termina atrayendo enormemente, gracias sobre todo a la curiosa atracción y carisma que ejerce su protagonista Bella Baxter, una antiheroína de manual en un primer análisis pero que esconde mucho más. Emma Stone, una estupenda actriz cada vez en mayor ascenso, da vida de manera magistral a esta joven victoriana pero fuera de cualquier contexto espaciotemporal en su bizarro proceso de maduración en la Europa y la América decimonónicas caricaturizadas en una suerte de anacronismos y recursos fantásticos varios.

Hay que tener en cuenta que ante todo Poor Things es un filme enmarcado dentro del género fantástico pero con una historia que aspira a ser realista con eso si su poso simbólico. Lanthimos, en un inteligente ejercicio de metaficción, no se ha andado con remilgos en esta cinta a la hora de mostrar abiertamente (y a veces de forma descarada) referencias cinematográficas y literarias varias: el H.G Wells de La Isla del Dr. Moreau, el Julio Verne más imaginativo, el Frankenstein de Mary Shelley, Metropolis de Fritz Lang, el comic francobelga (Tintín, Blake et Mortimer, Adele Blanc-Sec), la novela gótica, el steampunk...y todo perfectamente dispuesto e hilvanado para mostrar una historia que pese a todo resulta cien por cien original. Bella es el nombre que el Dr. Godwin Baxter (Willem Dafoe) un científico con el rostro desfigurado y extraños problemas físicos que tienen su (extravagante) explicación, ha dado a su “creación”, una anónima joven suicida revivida a la que el doctor ha trasplantado el cerebro del bebé que llevaba en su vientre, teniendo que educar desde el principio a la adulta como si de una niña se tratase. Para tal cometido cuenta con la colaboración del joven estudiante de medicina Max McCandles (Ramy Youssef) quien no tardará de quedarse prendado de Bella pese a que la muchacha, debido a su curiosa génesis, es impredecible, tosca y le cuesta distinguir entre lo que esta bien y lo que está mal. La entrada en escena de Duncan Wedderburn (Mark Ruffalo), un rico y pedante abogado, hace que Bella se decante por este para desesperación de Max debido a que gracias a él la joven puede conocer el mundo y la vida visitando diferentes países.

Plagada de detalles y guiños de todo tipo en sus imágenes -la fotografía tanto en blanco y negro como en color de Robbie Ryan es espectacular- que rinden homenaje tanto al expresionismo alemán como al Art Decó o la ilustración victoriana, la película no solo resulta una experiencia visual asombrosa, sino que la historia pese a su aparente simplicidad también llega a seducir al espectador gracias a sus curiosos diálogos, su teatralidad intencionadamente maniquea y en definitiva su condición de inteligente fábula grandguiñolesca. Detalles turbadores como los inquietantes, bastos e imposibles híbridos animales que prueban la mansión del Dr. Baxter o sorprendentes como los matices que Watson otorga a Bella- un personaje fascinante- y su evolución/maduración son otros pluses que la película presenta y que la alzan como uno de los mejores estrenos de los últimos meses.

domingo, enero 28, 2024

LA ZONA DE INTERÉS (THE ZONE OF INTEREST)

 


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Ya hace más de diez años que Jonathan Glazer rodó Under the Skin una turbadora cinta de ciencia ficción-terror que rompía no sólo con los convencionalismos de dichos géneros sino con los del lenguaje del cine, y en ese tiempo este sorprendente y dotado director proveniente del campo del videoclip no ha rodado nada pero la espera ha merecido la pena ya que el cineasta británico la ha vuelto a hacer con una película tan fascinante como extraña e incómoda (como lo era de otra manera Under the Skin) pero esta vez con una temática tomada de la historia contemporánea real - partiendo de una novela de Martin Amis- como es el holocausto judío llevado a cabo por el nazismo. El propósito del filme es claro: mostrar el terrorífico contraste entre la vida cotidiana y familiar del responsable del tristemente célebre campo de concentración de Auschwitz Rudolf Höss (Cristian Friedel en la película) con la propia existencia de dicho campo, contiguo a la residencia de los Höss y del que prácticamente no vemos su interior (ni nada de lo que sucede en él) en toda la película, tan sólo se contemplan sus límites y se oyen los siniestros sonidos (gritos, disparos, sirenas, ruidos de maquinaria) provenientes del complejo. El juego perverso de la película es evidente, y se vale de él para mostrar un espectacular trampantojo en donde se juega con la sugestión, la omisión de escenas, una cierta puesta en escena teatralizada y manierista que en realidad quiere apuntalar el verismo de la historia deconstruyendo lo que puede ser una filmación doméstica veraz y natural, actuaciones gélidas (y por ello tal vez más naturales), fotografía granulosa-amateur a la manera antigua y el ehcho de narrar una historia mínima o casi inexistente, donde sólo el ascenso profesional del comandante Höss en Berlín (que propicia las únicas imágenes filmadas fuera de la casa y Auschwitz) y las repercusiones que esto trae con su familia es lo único que puede considerarse como narrativo. Un peculiar filme de terror psicológico en resumidas cuentas que intencionadamente disfrazado de melodrama familiar Jonathan Glazer nos cuenta, también premeditadamente, sin pasión ni esperables recursos dramáticos cinematográficos. Digamos que formalmente el cine de Glazer se está convirtiendo casi la traslación al cine de aquel Duque Blanco que David Bowie creó en su música a mediados de los 70, algo que es notable en esta película.


Aunque paradojicamente lo que pretenda presentar sea una especie de documental sobre la vida de una familia, The Zone of Interest en su huida de los convencionalismos apuesta por el concepto arty del cine e invoca en dicho propósito a Alejandro Jodorowsky o David Lynch: los efectos de sonido turbadores y desagradables - que en la eplícula se antojan clave-; largas secuencias sin imagen solo con banda sonora, planos fijos; secuencias extrañas , inexplicables e inquietantes (esas escenas con luz nocturna, tan fascinantes como desconcertantes) otorgan un tono tan irrespirable como cautivador al filme. Pero lo más inquietante es desde luego mostrarnos el día a día de los Höss, él tratando de ser un padre modélico (cuatro hijos) y marido ejemplar volcado con su familia -las escenas con los niños, donde apreciamos una extraña mezcla de frialdad y amor entre la convicción y la impostura, son desde luego que reveladoras- cuya ocupación le convierte en un ser en realidad amoral e hipócrita y ella (la eficiente Sandra Hüller, vista recientemente en Anatomía de una caída) típica esposa del nacionalsocialismo devota de su esposo con un turbador lado déspota que muestra en inesperados momentos. La idílica vida familiar es la gran fachada de algo aterrador que nos vemos. Un gran ejercicio cinematográfico el de Jonathan Glazer que pese a que puede que no sea plato para todos los gustos, merece la pena ser visto.


martes, enero 23, 2024

PERFECT DAYS

 


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A sus casi 80 años Wim Wenders no solo sigue aún firmando grandes películas sino que es capaz de seguir evolucionando e incluso experimentando, si bien esto último de una manera más bien contenida. Cierto que el mítico realizador alemán autor de El Amigo Americano, El Estado de las Cosas, Paris,Texas o El Cielo sobre Berlín ya no es aquel sorprendente artesano-filósofo de la imagen que tanto influyó en el cine europeo e internacional independiente de los 80 y 90, pero aún se muestra inquieto y con ganas de aprender de la cultura y cinematografía de otros países, como es en este caso el cine nipón aunque nos ea la primera vez que el cineasta se imbuye en el mundo japonés. Perfect Days es, efectivamente, una película japonesa (aunque en coproducción con Alemania) rodada en japonés con reparto de ese país y que a través del drama-comedia con tintes intimistas y el protagonismo de personajes extraños y solitarios marca de la casa Wenders explora la temática de la rutina de la existencia humana y de como una actitud más o menos entusiasta y dispuesta hacer todo lo mejor posible disfrutando de pequeños placeres de la vida aunque estos solo puedan ser nimios o incluso insignificantes puede llevar a la felicidad pese a que, en resumidas cuentas, todo sea una mierda. Una casi inapreciable e inconsciente rebelión contra la mediocridad y lo anodino de la vida llevada a cabo por un personaje, Hirayama (Koji Yakusho), que con su existencia solitaria, silenciosa y rutinaria consigue vivir su vida de un modo para él satisfactorio.

El curioso elemento que centra el devenir del filme es la ocupación profesional de Hirayama, que es la de limpiador de los sorprendentes y un tanto bizarros aseos públicos japoneses, atrea a la que se entrega en cuerpo y alma y que es la que principalemente le depara su más bien pobre contacto con la gente. Asistimos a diferentes días en la vida del protagonista en donde repite todo de manera ritual (su empleo por la mañana, su costumbre de recoger ramas y esquejes y guardalos en su apartamento, su gusto por oír todas las mañanas en su coche viajas cintas de cassette de clásicos del rock de los 70 y 80) haciéndola variar mínimamente. Naturalmente para que una historia así lleguea (muy) buen puerto se necesita un guion sólido y una puesta en escena impecable, elemntos que esta película cumple con creces y es que, claro está, detrás está todo un Wim Wenders. Un filme que presenta la cualidad más atmosférica e hipnótica de parte de su filmografía remozada con los tropos habituales del cine oriental actual -parquedad descriptiva, ritmo más bien pausado- en los que el veterano cineasta obviamente se desenvuelve con soltura. Como también es característico en el cine de Wim Wenders el uso prácticamente narrativo de la banda sonora, en este caso con clásicos de Lou Reed (como el temazo que da título al filme), Velvet Underground, Patti Smith, Van Morrison y otros. Otra gloriosa muesca más en la extensa filmografía de un mito viviente del cine.