jueves, enero 18, 2007

El aparatito de Lumiere- THE PRESTIGE (EL TRUCO FINAL)


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El último filme de Christopher Nolan (Memento, Batman Begins) es una sensacional película que es hasta el momento, el mejor trabajo de este interesante director. Al igual que la estrenada hace pocos meses El ilusionista, la película se centra en el mundo de la magia y el ilusionismo a finales del siglo XIX, esta vez ambientado principalmente en Londres. El filme es la historia de una cruenta rivalidad entre dos magos que luchan desde el comienzo simultáneo de sus respectivas carreras por ser los mejores en los escenarios londinenses, después de haber participado ambos como ayudantes de otro mago. Angeir (Hugh Jackman) y Burdein (Cristhian Bale) ansiaban en sus comienzos cuando participaban ambos en aquel espectáculo por conocer todos los secretos del ilusionismo y perfeccionar las técnicas de los trucos. Un desgraciado accidente en ese número que costara la vida a la prometida de Angeir, también artista, les distancia y les convierte en enemigos, momento en el cual ambos se proponen ser el mejor mago de Inglaterra. El viejo ingeniero de los trucos (Michael Caine) que trabajaba con el maestro de ambos magos, se convertirá en ayudante y hombre de confianza de Angeir, colaborando en una lucha sin cuartel contra su rival por ofrecer el espectáculo más asombroso, con la culminación más apoteósica (el prestigio, que se llama en el mundo del ilusionismo)

Nos ofrece la película - basada en una novela- sobrada información y demostraciones sobre diferentes y espectaculares técnicas de ilusionismo de finales del siglo XIX (¿serán reales?), muy bien presentadas y que resultan una auténtica gozada conocerlas. Y todo el mundo de la imaginación, la farsa y la ilusión en que se basa el espectáculo de la magia aparece espectacularmente reflejado en la peli, que juega brillantemente con el engaño y la ilusión también con el espectador, con alucinantes giros de guión y trampantojos de todo tipo. La narración no es estrictamente lineal en lo temporal, aunque a estas alturas ya estamos acostumbrados a tantas películas así, pero en eesta ocasión se recurso es necesario ya que es lo que otorga épica y grandiosidad a la historia, que al final se va transformando en toda un epopeya y un tratado sobre los límites de la realidad y el engaño y sobre la realidad que supera a la mas increíble de las ficciones. La película comienza de hecho con Burdein, interpretado por Cristhian Bale acusado de matar a Angeir tras años de intensa rivalidad profesional y personal. Burdein, para aclarar sus dudas, lee en al cárcel el diario del difunto Angeir, quien a su vez leyó el diario de Burdein para conseguir algo que el ansiaba- que era conocido por Burdein- y que le convertiría en el mejor mago que haya existido nunca. La clave se encuentra en la electricidad, y Angeir contactará con el Dr. Tusla (David Bowie) un científico-mago que asegura realizar increíbles experimentos en el límite de la magia con la energía eléctrica.

El enfrentamiento personal entre ambos magos, centrado en quien puede ofrecer el número mas asombroso, esta muy logrado, gracias principalmente al trabajo de ambos actores, Bale y Jackman. Uno ha conseguido la felicidad y vida familiar que al otro le fue arrebatada, y este trata de vengarse a toda costa, pero como en el ilusionismo, nada es lo que parece. La irrupción de una misma mujer en sus vidas, la joven Olivia (la omnipresente Scarlett Johannson), complicará las cosas al máximo. Un buen trabajo de reparto da credibilidad al lado humano de la historia, en donde también interviene Andy Serkis (el Gollum de ESDLA) como el ayudante de Tusla, y Pipper Pereabo, como la mujer de Burdein. No obstante, en cuanto a convicción y saber estar se lleva la palma Michael Caine.

La ambientación decimonónica del mundo del espectáculo (y en general) esta muy conseguida, con un fotografía en colores ocre y sepia y parca en iluminación. Buenas escenas en los elegantes y abarrotados teatros y en la ejecución de los números de magia. Una película apasionante, sorprendente e inteligente con unos espectaculares momentos finales y unas trampas de guión como pocas veces se ha visto. Una opción muy recomendable.

martes, enero 16, 2007

Rayos catódicos (cuando la tele valía algo)- THE YOUNG ONES: COMEDIA, CAOS Y DESORDEN (ANARCHY IN THE BBC)






Durante dos temporadas (en 1982 y 1984) la BBC concentró a un gran número de seguidores de una de sus primeras teleseries con la vitola de “alternativa”: The Young Ones (los Jóvenes), una inusual sitcom dirigida principalmente al público juvenil con un humor surrealista, absurdo y gamberro, inspirado en el cómic humorístico y en los dibujos animados pero con claras influencias de la tradición de la comedia británica que vivía en los 80 un momento de esplendor, y del mundo del vodevil. Todo ello invocando a los movimientos juveniles británicos del momento: New Wave, Punk, Mod, New Romantics, con una tendencia a situarse en el lado iconoclasta y trasgresor del Punk. Fue una arriesgada apuesta de la cadena pública británica que con el paso del tiempo se ha convertido en objeto de culto y en una influencia obligada de todos aquellos que trabajan en cualquier medio el humor anárquico y salvaje pero inteligente.





Algo pasa en la tele de la Tatcher
El 9 de Noviembre de 1982 La BBC 2 emitió el martes a las 9 de la noche hora británica el primero de los 6 episodios (de lo que iba a ser la primera temporada) de una nueva serie, The Young Ones, una comedia de situación que como muchas otras de la época en el Reino Unido (Caída y auge de Reginald Perry, Los Roper, El guardian de mi hermano), pretendía tener su amplia cuota de público, divertir y convertirse en un producto exportable para el extranjero, como lo eran muchas telecomedias británicas de principios de los 80 con gran éxito de crítica internacional. Pero había algo peculiar en aquella serie humorística: unos personajes jóvenes e incorrectísimos, un lenguaje callejero y a veces soez trufado de expresiones de jerga juvenil, unas situaciones surrealistas y fantasiosas y unos guiones impredecibles. Lo cultura juvenil popular entraba en la comedia británica junto con el humor salvaje y nonsense propio de los comediantes británicos menores de 30 años de aquella época forjados en el circuito de cabarets, pubs y pequeños teatros. El éxito de aquella primera temporada que concluyo en diciembre de 1982 fue enorme entre el público juvenil y entre los admiradores de la llamada “comedia alternativa” inglesa, defensores de un humor británico mas trasgresor inspirado en gente como Monty Phyton (una de las influencias mas notables en el humor de Young Ones), pero gran parte de los televidentes y de los responsables de la BBC (recordemos que estamos en la época mas dura del gobierno conservador de la Primera Ministra Margaret Tatcher) se asustaron ante tal display de sinsorgadas, tacos, y anarquía visual y conceptual propia de los cartoons, en donde la agresividad y la violencia ocupaban un (cachondo y nada serio) importante lugar. La serie tuvo en 1983 una versión teatral y entre mayo y junio de 1984 se emitió una segunda temporada con 6 nuevos episodios, aún mejores que los de 2 años atrás y que cosechó mayor éxito. Fue el reinado de la anarquía y el absurdo en la comedia británica como jamás se había conocido antes.



Deconstruyendo (¿o destruyendo?) la comedia de situación

La serie contaba las peripecias de cuatro estudiantes veinteañeros que compartían un piso en el norte de Londres. No eran universitarios cualquiera; se trataba de cuatro disfuncionales e inadaptados cuya principal preocupación eran cada uno de ellos mismos sin importarles un bledo el resto de sus supuestos amigos, lo que daba pie a que constantemente se estuviesen engañando y utilizando, metiéndose siempre los cuatro en apuros de lo más pintorescos. El cuadro era de lo más llamativo: Rick Pratt (Rik Mayall) un joven supuestamente anarquista y militante de izquierdas engreído y vanidoso, hipócrita hasta decir basta, homosexual reprimido, histrión, bocazas e irrespetuoso con sus compañeros de piso y en definitiva, un autentico indeseable que además se las da de gracioso aunque de gracia no tiene ninguna; Neil Pye (Nigel Planer) un trasnochado hippie, blanco de burlas y desprecio del resto de compañeros, el único que se ocupa de cocinar y de llevar a cabo las tareas del piso (obligado por el resto), un pesimista patológico y que se siente odiado por todo el mundo; Vyvian Besterd (Adrian Edmonson), un punk de pelo naranja (inspirado a partes iguales en Johnny Rotten y Joe Strummer) violento y maleducado que la goza lanzando bates de cricket a sus compañeros, derrumbando paredes, lanzando televisores por la ventana y maltratando a su hamster punky parlante, SPG (de Special Patrol Group), aunque se le da bastante bien idear inventos disparatados; Mike TheCoolPerson (Eltiolegal) (Christopher Ryan), un pijo de club bajito, mordaz e irónico, el menos freak de todos y líder del cuarteto, mujeriego, flemático y dado a proponer a sus amigos negocios imposibles, el único del grupo que va a su bola y no participa de la caricaturesca irracionalidad del resto. Los cuatros son alumnos del Scumbag College (Universidad de la Escoria). El piso- en el que se sucede gran parte de la acción- es físicamente un auténtico caos

Alexei Sayle, Nigel Planer, Rik Mayall, Chris Ryan y Adrian Edmonson
Junto a estos cuatro descerebrados se encuentra un quinto actor fijo en al serie, Alexei Sayle, quien en la primera temporada incorporó a Jerzy Balowsky, el gordito casero de origen eslavo de los protagonistas, además de a sus parientes en varios episodios: su sobrino Alexei Balowski, el cantantautor protesta, su hijo, el traficante de armas Reggie Balowsky o el convicto Brian Damage Balowsky. En la segunda temporada, Sayle, interpretó a otros personajes no pertenecientes a la descacharranate familia Balowsky, como un doble de Mussolini o un jeta llamado Brian “Estropicio” Jones. Las apariciones de estos personajes eran puntuales en los episodios la mayoría de las veces.

Una mezcla tan caótica como la de estos sujetos lógicamente no iba a derivar de una sitcom al uso y daba pie para experimentar y jugar con varios elementos que reforzasen la comicidad en su vertiente mas surrealista: aparición fugaz de personajes y escenas descontextualizadas, gags de tebeo o de dibujos animados, utilización de marionetas, personajes caricaturescos, y sobre todo situaciones absurdas en donde lo exagerado y la violencia descacharrante se sucedían. Por lo demás, los esquemas de los episodios seguían lo habitual en las comedias de situación, basándose en las vivencias domésticas de compañeros de piso, en este caso, solo que aquí las leyes del espacio-tiempo y de la lógica se trasgrederán con frecuencia. Era sencillamente llevar a cabo la premisa de realizar una telecomedia bajo el punto de vista de la cultura pop y punk y el surrealismo, en un ejercicio de modernidad ochentera poco habitual en el mundo de la televisión hasta aquella época en el campo de la ficción.

Rik en uno de sus momentos histriónicos
Comediantes alternativos en televisión
Los 12 episodios en total de “The Young Ones” duraban 35 minutos cada uno y fueron dirigidos todos por Geoff Posner. El productor de las serie fue el reputado Paul Jackson. Gran parte del éxito a nivel de culto y de la responsabilidad de lo bien que ha envejecido esta serie es debido a sus interpretes principales, que con el tiempo se han convertido en reputados rostros de la comedia en el Reino Unido, pese a que su fama internacional no sea muy grande. Uno de sus protagonistas, el genial interprete Rik Mayall, que dio vida a su tocayo, el insoportable Rick, fue además uno de los creadores de la serie.

Rik Mayall (Rick Pratt), un tipejo de cuidado



El origen de la serie se encuentra en el movimiento de la “alternative comedy” y en el circuito de los clubs de comedia que tuvieron gran vigencia en el Reino Unido a finales de los 70 y principios de los 80. En el local The Comedy Store, en Londres, el joven Alexei Sayle se había ganado fama con sus monólogos y sus personajes irascibles y agresivos. De la misma cuerda eran los universitarios Adrian Edmonson y Rik Mayall, quienes tenían en The Comedy Store un número titulado “20th Century Coyote” de un humor agresivo similar al de The Young Ones. Nigel Planer también actuaba en el local interpretando en ocasiones a un hippie. Estos actores se desligan de The Comedy Store y en 1981 abren su propio local, The Comic Strip, junto con otros jóvenes interpretes de la alternative comedy. El éxito de sus actuaciones en el club correo de boca en boca y en 1982 toda la troupe de The Comic Strip es fichada por el Channel 4 en el que harían su debut televisivo con la nueva serie de sketches cómicos The Comic Strip Presents….
Mayall, el más carismático de los jóvenes humoristas había interpretado en el escenario en el espectáculo Boom Boom… Out Go The Lights un personaje germen de su young one Rick Pratt, un joven marginal y bocazas también llamado Rik que pensaba desarrollar mas a fondo en el formato televisivo. Pero Mayall estaba convencido que su personaje podría dar mucha cancha en una telecomedia que resultase gamberra, junto con personajes como el que interpretaba Adrian Edmontsn, el punki pirado Adrian Dangerous, que formaba parte del repertorio de Boom Boom... (en el escenario) y de The Comic Strip Presents…(en la tele), con vistas de hacer una sitcom con personajes diferentes sacados de el efervescente cultura juvenil británica del momento.

Rok Mayall y su entonces novia, Lisa Meyer, escribieron algunos guiones para la futura teleserie, incluyendo al personaje del hippy que interpretaba Nigel Planer, e incluyendo un nuevo personaje, un tío mas o menos normal que compartía vivienda con los tres freaks y que iba a interpretar Peter Richardson, otro de los miembros de The Comic Strip. En realidad, The Comic Strip presents… iba a contar muy poco con Mayall, Planer, Edmonson y Sayle ya que el proyecto del primero pronto se hizo realidad, solapándose su estreno televisivo con el de The Comic Stirp… Paul Jackson fue el productor que más se intereso por el proyecto de Mayall y Meyer y finalmente logro convencer a la BBC para producir una serie de humor grueso y corrosivo. Un tercer guionista, Ben Elton, antiguo compañero de Rik y Adrian Edmonson en la Universidad de Manchester, se unió al asunto. Los tres decidieron llamar a la serie The Young Ones (los jóvenes) en referencia no solo al sector de edad de la sociedad británica sobre el que se pretendía hacer sátira sino más bien a la canción y película de Cliff Richard de finales de los 50, artista este del que continuamente se hará mofa y befa en la serie por lo errático de su carrera y lo ñoño de su propuesta musical.
Ben Elton

Peter Richardson, que iba a interpretar el papel de Mike, finalmente se cayó del proyecto y fue sustituido por Christopher Ryan, quien no tenía hasta el momento experiencia en la comedia. Alexei Sayle con sus personajes de la familia Balowsky, escribió sus propios monólogos y frases, algo en lo que era un consumado maestro. Una pléyade de actores secundarios iban a acompañar a los cinco protagonistas, la mayoría procedentes del circuito del cabaret y de la comedia alternativa que debutaban por primera vez en otro medio, muchos de ellos alcanzando renombre posteriormente; a ellos nos referiremos más adelante.


Humor Cartoon

En su primera temporada, The Young Ones enseñó sus cartas y sorprendió al público con su humor anárquico e iconoclasta. En realidad, aunque los plots de los episodios estaban basados en la (imposible) convivencia de los peculiares estudiantes lo que primaba era su estilo de guiones y de absurdo narrativo, en donde se introducían elementos irreales y grotescos muchas veces saliéndose del argumento y de los personajes: los cuatro jinetes del apocalipsis como músicos de Heavy Metal y el jinete del Hambre exclamando: “tengo hambre” a lo que el jinete de la Guerra responde “¡que novedad!”, Dios apareciendo como un maduro playboy (interpretado por el veterano DJ Alan Freeman) con albornoz y gafas de sol en una mesa de ejecutivo flaqueado por dos ángeles en purpurina (“¿Qué se pensaban, que era una mujer?”) y matando a Jerzy desde el cielo, un fragmento muy sui generis de El hombre elefante donde Joseph Merrick es un elefante de verdad, una familia en la etiqueta de un paquete de cereales cobrando vida y hablando, otros personajes de carteles y anuncios con vida propia (los tripulantes de un barco del siglo XVIII, bebedores en un anuncio de cerveza), animales y cosas hablando (muchas veces por medio de marionetas), un castillo medieval donde aparece un bufón antepasado de Balowsky…el concepto de guión coherente no existía en The Young Ones, se aprovechaba cualquier idea graciosa para introducir gags descontextualizados a modo casi de sketches independientes. Eran unas historias deliberada (y divertidamente) confusas, aunque cada capítulo tenía su coherencia relacionada con la vivencias de lo ocupantes de la desastrosa vivienda, donde lo mismo aterrizaba una bomba atómica que no terminaba de explotar, que se inundaba todo Londres o que se decidía que el “saco de las hostias” Neil se enrolase en el cuerpo de policía para conseguir ingresos extra para los muchachos. Estaba claro que los dibujos animados y los cómics eran influencias esenciales en el humor de la serie.

"No es un cerdo, es un hurón seriamente deformado"

Los diálogos, ingeniosos y típicamente británicos (y muy a lo Monty Python), estaban adornados con expresiones coloquiales, jerga juvenil y tacos, y constituían uno de los elementos más atractivos de la serie. Eran especialmente curiosas las inclusiones de imágenes rápidas, casi subliminales, que no tenían ningún otro fin que el meramente gamberro. Son muy comentadas entre los fans las imágenes en algunos episodios donde aparece fugazmente y de fondo- sin razón alguna- una persona de pelo largo peinándose.
Una de las novedades mas significativas que introdujo la serie fue la presencia de actuaciones musicales de grupos y solistas reales, algo insólito en una serie de ficción. Estas actuaciones- una canción por episodio- se introducían casi (y voluntariamente) con calzador ya que no guardaban relación temática con el guión. Los invitados en las dos temporadas del serial fueron claros exponentes de la efervescente escena pop y rock británica de la primera mitad de los 80, y aumentaban así el atractivo de la serie para el público juvenil. La New Wave, el incipiente pop alternativo británico, el ska, el Heavy Metal, el Punk Rock, y en definitiva, los ritmos mas en boga del momento (sin concesiones a la banalidad de los New Romantics, algo muy significativo) se dieron cita en el programa. Por la casa de los chicos y en las calles desfilaron canatndo sus temas mas conocidos The Dammed, Motorhead, Amazulu, Nine Below Zero, los Dexy’s Midnight Runners de Kevin Rowland o el supergrupo formado para la ocasión Ken Bishop´s Nice Twelve, formado entre otros por Jools Holland o Stewart Copeland, haciendo una versión del Subterranean Homesick Blues de Dylan. Mención aparte merecen las apariciones de Madness, un grupo cuya estética y humor en sus videos encajaba perfectamente con el espíritu de la serie, tal vez por ello la banda de Suggs y Chas Smash actuase en dos episodios en sendas temporadas, interpretando sus inmortales House of Fun y Our House.



Cinco entrañables hooligans

El presentar personajes potencialmente marginales y cargados de defectos fue una novedad en el mundo de las telecomedias que en los 90 se convertirá en una moda; en ese sentido The Young Ones se adelantó a su tiempo. Los personajes de la serie son arquetipos caricaturescos de la subcultura juvenil británica mediante los cuales se trataba e mostrar muchos aspectos criticables de la sociedad británica, supuestamente bajo el punto de visto de sus cinco protagonistas principales: la política de vivienda, las diferencias de clase, la política tatcherista, el mundo de las universidades de elite, el desempleo, la mediocridad de la televisión y del mundo del espectáculo, el acomodamiento de la burguesía británica, etc. Casi se seguía en los guiones y diálogos el ideario anarco de Rick o la desazón punk de Vyvyan. En un lugar y una época (primera mitad de los 80) donde el neoliberalismo campaba por sus anchas, esta serie suponía un buen azote

La Universidad de la Escoria Vs. Los Footlights de Oxbridge

La química entre los cuatro desastrosos ocupantes del piso propiciaba todas las situaciones hilarantes que cabía imaginar. Neil, un anacrónico reducto hippie de los 70 en los 80 era vilipendiado por sus compañeros, especialmente por Rick, y sufría en muchos capítulos las más aberrantes humillaciones: al instalar una bombilla obligado por sus amigos se convierte en una aspiradora humana, le hacen enrolarse en la policía en contra de sus criterios pacifistas y en el capitulo final de toda la serie se descubre que su larga melena es una peluca. Hasta la mano de un telespectador ficticio le pinta unos bigotes sobra una pantalla que muestra un primer plano suyo (aunque al tratar luego de borrarlos borra toda la imagen de Neil y aparece en su lugar el hombre elefante cantando Twist and Shout). Su pesimismo, pasividad y eterna cara de palo contrasta con el estúpido entusiasmo de Rick, el optimismo resolutivo de Mike y la agresiva hiperactividad de Vyvyan. No obstante, es necesario para la vida en el piso, ya que es el único que hace el trabajo doméstico. Pero en realidad no es el más despreciado del grupo, este título le pertenece a Rick Pratt, bocazas y desconsiderado. Rick se las da de activista de izquierdas, pero no deja de lanzar perlas conservadoras en muchos episodios. Es en realidad un tory vergonzante, que oculta el hecho de que proviene de una familia acomodada. Falso intelectual, se autoproclama “el poeta del pueblo”, “el portavoz de una generación” y para colmo “el mas popular del piso”, cuando en realidad sus compinches le odian. Rick también trata de ocultar que le gusta el caduco Cliff Richard pero no puede hacer nada por disimular su pluma y amaneramiento aunque nunca reconoce su homosexualidad. Sus intentos por erigirse en el lider del grupo en lugar del flemático Mike son valdíos y sus chistes y ocurrencias no logran suscitar ningún interés real, aunque casi siempre cuenta con al ayuda de Vyvyan para llevar a cabo sus descacharrantes ideas. Rik Mayall convirtió a su personaje en el mas carismático y central de al serie, gracias a su histriónica interpretación.



Vyvyan (cuyo nombre femenino tal vez sea un homenaje a la modista Vivien Westwood, creadora de la estética punk), es el muchas veces catalizador de cuantos sucesos exagerados y absurdos se suceden. Destructivo y comedor de televisores, ratas y palomas entre otras cosas, llega a ser decapitado en un episodio pero se autocoloca el mismo su cabeza, se queda embarazado y recibe en otro capítulo al visita de su madre a la que no veía en 10 años, una camarera ex ladrona que le recrimina pellizcándole en los genitales. El caos que genera Vyvyan hace muchas veces que objetos y animales tomen vida y mantengan coherentes conversaciones, como su hamster SPG. En la serie, el empleo de animaciones de muñecos y marionetas posibilitaba estos surrealistas golpes de efecto, como las intervenciones de SPG, un basto títere con la misma cresta roja que Vyvyan y acento escocés, fan de las películas de Tiburón (llega a conocer a su ídolo en el capítulo de la inundación, cuando este aparece en el piso de los chicos) y harto de la estupidez de los cuatro jóvenes. SPG es muchas veces el objeto de la irascibilidad de su dueño- que no lo da de comer para que el resto no lo encuentre cebado y apetecible- y detesta que Vyv le ponga el desodorante de Rik porque no quiere oler como “el sobaco de un estudiante” En el último episodio, muere en el radiador del coche de Vyvyan y convertido en un angelito sube al cielo despidiéndose de su dueño “¡adios, julay!”.

Destaca también la habilidad de Vyvyan para inventar cosas, como una pócima para evitar que alguien se convierta en maniaco homicida con un hacha que produce precisamente el efecto contrario. También se le ocurren majaderadas de la ingeniería como conectar una bomba al timbre de casa o añadir un motor de alta potencia a la aspiradora, aspirando todo lo que encuentra a su paso, incluido un hippie único amigo de Neil. Mike, por su parte, bastante hace con liderar el cuarteto y lanzar de vez en cuando sus punzantes observaciones. Luce aparentes modelos de joven clubber, una veces de tipo mod, otras de tipo rocker y posee una mentalidad de empresario sediento de dinero fácil que muchas veces lleva a cómicas situaciones ya que prefiere el timo y el engaño a la honestidad. Aunque se las da de muy vivido y de exitoso con las mujeres, no es más que un charlatán que al final confiesa su virginidad, algo que por otra parte comparte con el resto. Es el único al que respeta Vyv, pese a su baja estatura.



Los cuatro estudiantes de la Universidad de la Escoria se ven envueltos en variopintas situaciones: deben hacer frente a la demolición de su vivienda en el primer episodio, llevan a cabo un surrealista atraco a mano armada en el último capítulo, reciben la repentina visita de los padres de Neil, un matrimonio de clase alta, el mismo día que un ex convicto (interpretado por Alexei Sayle) irrumpe en su casa o deciden concursar en el programa University Challenge por la Universidad de La Escoria contra los pijos de al Universidad de Oxbridge. En el último episodio de toda la serie “Vacaciones de verano” Jerzi Balowski les expulsa de la vivienda (“esta es la casa mas desastrosa de la televisión, y si no, que Dios me mate”), y tras robar un banco y sufrir un accidente que deja inútil el coche de Vyvyan se hacen con un bus de dos pisos que choca contra un gigantesco cartel de Cliff Richard dejando el vehículo en llamas con los muchachos aparentemente muertos. Este bestia final dejaba definitivamente cerrada la serie en verano de 1984 en vistas de no hacer mas temporadas, una decisión muy inteligente.


El doble de Mussollini: Sayle en acción
Mención aparte merecen los múltiples papeles de Alexei Sayle, centrados en la familia Balowski principalmente. Los diálogos de sus personajes, la mayoría escritos por el, resultan geniales, especialmente en la segunda temporada. El doble de mussolini jefe de la policía local de día y concursante de Eurovisión por la noche, con mal recuerdo de los guateques de su juventud (“bailando, una chica me pegó un puntapié y cuando le pregunte por que lo había hecho me contestó “¡por haber invadido Creta!””), el conductor de un tren de los Ferrocarriles Británicos asaltado por un bandido mexicano al que le suelta un monólogo en contra de las dos universidades elitistas británicas (representadas en la serie por al ficticia Oxbridge) o el ex convicto Brian “Estropicio” Jones que asalta el piso de los chicos, son algunas de sus creaciones mas memorables.


La importancia de ser una serie de culto

Si bien la primera temporada de la Young Ones, a finales de 1982, obtuvo un éxito discreto a causa de la controversia que su atrevimiento suscitó, la segunda, en 1984, consiguió una relativamente importante audiencia y mayor éxito de crítica. Lo cierto es que la segunda temporada es mejor que la primera en todos los sentidos (gags, diálogos, escenografía). Entre una temporada y la otra, entre Febrero y mayo de 1983 los cinco protagonistas realizaron una gira teatral por el RU con sus personajes en al serie, la cual fue un éxito que propició que se realizase al segunda temporada. En años sucesivos, los 12 episodios se han ido reponiendo en las televisiones británicas con notable éxito, lo que señala el nivel de culto al que ha llegado tal singular producto.

Aunque teóricamente los protagonistas de la serie murieron en el último capítulo, Mayall, Edmonson, Planer y Ryan retomaron sus roles a finales en 1986 en el especial televisivo Comic Relief cantando en un video el tema del “idolatrado” en al serie Cliff Richard “Living Doll” (la sintonía del programa es la version del tema del artista “The Yong Ones” interpretada por ellos cuatro) junto con el propio Richard y el guitarrista de los Shadows Hank Marvin. Editada como single, la canción llego al número uno en las listas británicas. Ya en 1984 Nigel Planer grabó como Neil la versión de Traffic “Hole on my shoe” que llegó al número dos.

Los Footlights, rivales de nuestros amigos. ¿los reconoces?
La escuela Young Ones ha seguido influyendo en la comedia británica hasta la actualidad. Poco tiempo despues que terminase definitivamente la serie, en 1986, Mayall, Planer y Edmonson junto con Ben Elton como guionista se reunieron en la serie Filthy Rich & Catflap, con un concepto similar que Young Ones. A principios de los 90; Mayall y Edmonson estrenan la telecomedia Bottom (La pareja basura), también de similar estilo al de la serie que nos ocupa.

Los interpretes de Young Ones se han prodigado, a parte de en los proyectos que acabamos de citar, en estos años en bastantes series y películas. El genial Rik Mayall ya tuvo una show propio a mediados de los 90 en donde interpretaba a varios personajes en diversos telefilmes escritos y producidos por el mismo. Es un comediante muy reputado el RU y ha intervenido en bastantes filmes, aunque muy pocos estrenados en España. Con su amigo Adrian Edmonson ha formado pareja profesional en diversos proyectos durante varios años. Ben Elton, el coguionista de la serie, por su parte, es un importante productor y autor teatral y de musicales, además de escritor y columnista. Suyo es por ejemplo el libreto del musical homenaje al grupo Queen We Will Rock You, con gran éxito en los países en donde se ha estrenado.


El lanzamiento de la serie en DVD en 2004 fue una buena noticia para los fans del programa, aunque se ha criticado lo pobre de una edición carente de extras.


Invitados de lujo: aquí esta hasta el Dr. House
Antes de finalizar, hay que referirnos ineludiblemente a la pléyade de actores secundarios que desfilaron en las dos temporadas de la serie, la mayor parte de ellos desconocidos entonces pero que con el paso del tiempo llegarían a convertirse en estrellas de la escena británica e internacional. La filosofía del productor Paul Jackson Mayall, Lisa Mayer y Ben Elton era dar oportunidad a jóvenes promesas de la comedia británica procedentes del mundo de la “alternative Comedy” o del cabaret de comedia, quienes aparecerían en roles muchas veces episódicos o también interpretarían varios personajes en episodios diferentes.

Y así, nos encontramos a Mel Smith y Griff Rhys Jones, futuro dúo cómico Smith & Jones, Robbie Coltrane (que llegó a aparecer en tres capítulos), Jennifer Saunders, Gareth Hall y Norman Pace (Hall & Pace), Andy de la Tour, o los mismísimos Stephen Fry, Hugh Laurie (House) y Emma Thomson, que junto con Ben Elton (que apreció como actor en varios episodios) conformaban el elitista y snob equipo de la Universidad de Oxbridge que concursaba contra la Universidad de la Escoria en el University Challenge. Estos tres actores, curiosamente, en su día fueron alumnos de Cambridge y pertenecieron a su grupo de teatro, Cambridge Footlights. No hubiese sido raro que Rowan Atkinson (Mr. Bean) apareciese en esa serie, ya que pertenecía a la misma generación de cómicos y provenía de la cantera de Not The Nine O’Clock News (Estas no son las noticias de las nueve), el programa de donde surgieron Smith & Jones. También apareció en Young Ones Terry Jones, de Monty Python, en el papel de un vicario.
Emma Thopson (Money Sterling)-Izd




Stephen Fry (Lord Snot)- der.

La inexplicable escasa distribución de The Young Ones en España
The Young Ones solo ha sido emitida en España en televisión analógica por cadenas autonómicas. Es incomprensible como ninguna cadena estatal la haya emitido nunca. Ni tan siquiera TVE, en los 80 la única cadena a nivel de todo el país existente, se interesó nunca por la serie, tal vez por su trasgresor contenido, que no encontraría hueco en la ficción televisiva que se emitía por entonces en España.

Hubo que esperar hasta 1987 para que Young Ones llegase a España, de la mano de televisiones autonómicas. Primero en Cataluña, en TV3, durante verano de ese año y a finales del mismo en Euskadi, en el primer canal de ETB, con el título de Gazteak. En primavera de 1988 se emite en el segundo canal de ETB la serie en castellano, con el título de Jóvenes. Es en esos años donde preadolescentes en los últimos cursos de EGB conocimos y alucinamos con semejante serie, algo jamás visto en la tele en España. Posteriormente la serie llegó a las telvisiones de Galicia, Madrid, en esta última ya en los años 90. Pero el hecho es que la mayor de la población del estado español desconoce la existencia de esta serie, incluso en aquellos fans de este tipo de humor. La edición en 2005 del DVD de la serie en España ha venido a paliar este déficit, algo que ya llevaban reclamando los que de una manera u otra conocían la existencia del programa y deseaban haberlo visto en su momento.