jueves, julio 12, 2007

PERSEPOLIS de Marjane Satrapi. Una historia entre dos mundos

La novela gráfica PERSÉPOLIS de la dibujante y guionista iraní afincada en Francia Marjane Satrapi (Rasht, 1969), se esta convirtiendo en uno de los cómics mas comentados y debatidos de los últimos años por propio merecimiento. Una historia autobiográfica en donde en sugerentes y concisas viñetas en blanco y negro Satrapi nos narra su infancia, adolescencia y primera juventud en un periodo de tiempo que va desde mediados de los 70 hasta 1994, siendo testigo de la caída de al monarquía del Sha de Persia y de la revolución islámica que convirtió al viejo reino persa en Irán y el ascenso y la tiranía del integrismo islámico, que provocó el miedo y la decadencia en su progresista y próspera familia, y la decisión de enviarla a Austria durante un tiempo siendo adolescente, país en donde llega a al conclusión de que se siente mas identificada con la cultura occidental . Un relato claro, directo y conmovedor, repleto de crítica social y política (y no solamente al islamismo), ternura, humor e ironía. El cine ha llamado a su puerta

Una autora de cómic del “tercer mundo”

Persépolis es el primer cómic de Satrapi, anteriormente ilustradora de libros, aunque tras este trabajo ya ha publicado otras tres novelas gráficas hasta la fecha. Persépolis fue originalmente publicado en Francia en cuatro entregas en 2000, 2001, 2002 y 2003, respectivamente, por la editorial L´Association, quien posteriormente las reúne en un solo volumen de 366 páginas en total, incluida una introducción inédita del editor David B y 6 nuevas planchas a modo de epílogo esta vez en color, en contraste con el resto de la obra, en blanco y negro. En España, Norma Editorial ha editado todo el volumen en castellano, por primera vez, en marzo de 2007. Persépolis ha obtenido unas inmejorables críticas en los medios especializados y premios como los obtenidos en el Festival de Angulema en 2001 (mejor autor revelación) y 2002 (mejor guión), a aprte de otros reconocimientos fuera del mundo del cómic como el 1º Premio de la Paz de la Fundación Fernando Buesa en Vitoria en 2003, cuando aún no se había editado en España.

Persépolis es un cómic autobiográfico, genero este en el noveno arte que se ha dado con cierta frecuencia en los últimos 20 años, cuando anteriormente realizar un cómic de esta temática era poco menos que impensable. Ahí tememos el ejemplo paradigmático dentro del tebeo autobiográfico del ya mítico Maus de Art Spiegelman, referencia sempiterna siempre que se cita un cómic de estas características. Persépolis, dentro de la línea de las novelas gráficas para adultos (público en realidad consustancial a este formato de cómics), aporta dentro de un mundo, el del noveno arte, que intenta ganarse respetabilidad (y más lectores), una visión sobre la historia reciente de Oriente Medio, concretamente de Irán, que intenta principalmente combatir clichés y prejuicios sobre el Islam y las sociedades musulmanas, tristemente vinculados al fanatismo y la falta de derechos individuales. El hecho de que la autora sea iraní, otrora uno de los países más avanzados socialmente y occidentalizados de Oriente Próximo y ahora uno de los más involucionados a causa del integrismo religioso, aporta una nueva visión sobre la historia última de su país vinculada a los sentimientos de la niña y la adolescente que era, contemplando atónita los inexplicables cambios que su país estaba viviendo y que además de empequeñecer el bienestar de su familia, castigaba severamente cuando no acababa con al vida de seres queridos y, en definitiva, iba sembrando la desesperación de los persas-iraníes, hasta hacer inevitable el deseo de casi todos ellos de huir de allí.

A Satrapi le tocó crecer en los primeros años del régimen islámico (que llegó al poder en 1979) y eso

marcó profundamente su personalidad, como muy bien cuenta en las páginas de su cómic. Los gustos y costumbres occidentales de su acomodada familia y la educación progresista que la inculcaron eran incompatibles con una concepción totalitaria de la sociedad, tal y como los ayahtolas imponían, y de allí se originó en ella una mentalidad rebelde, inconformista, y sobre todo tremendamente crítica con todo lo que le rodeaba, y ya no solamente con el islamismo, sino también con ciertos aspectos de la cultura europea que ella conocerá de primera mano cuando a los quince años es enviada a Austria por sus padres.

Esta novela gráfica es un ejercicio de exorcismo de demonios y resquemores interiores y un ajuste de cuentas de la joven dibujante con su pasado, reivindicado su condición de “tercermundista” y no occidental aunque aceptando las reglas de la globalización y del enriquecimiento cultural, porque, después de todo, Satrapi solo encontrará la libertad en la concepción occidental de la vida, aún admitiendo todos sus defectos y flagrantes injusticias.

Cuatro tomos, cuatro actos.

Como hemos dicho, Persépolis esta dividido en cuatro partes correspondientes a sendos volúmenes originales que se publicaron originalmente en Francia entre 2000 y 2003. Cada uno de ellos responde en el tomo completo al nombre de “Libro” (1,2, 3 y 4), y se halla subdividido en 10 subcapitulos-secuencia, a excepción del Libro 1, que tiene 9. Cada uno de los subcapítulos consta de 7 a 10 páginas (planchas).

El Libro 1 transcurre entre mediados de los 70 y 1979, año de la caída del Sha. En el, Marjane nos cuenta su tierna infancia (hasta los 10 años) como hija única de un rico matrimonio, la medre descendiente directa (nieta) del ultimo emperador de Persia de la dinastía Kadjar, derrocado en los años 20 por Reza Pahlevi, padre del Sha, con la ayuda del reino Unido, además de hija del Primer Ministro rebelde del primer gobierno de Pahlevi, el cual sufrió años de prisión que acabaron con su vida. Por tanto, conocemos así el malogrado linaje “Real” de la protagonista, el cual le será revelado siendo una niña, pero al que no dará importancia alguna, salvo por el hecho de que su abuelo sufrió la ira del padre del supuestamente amado por el pueblo Sha y que esto marcó negativamente a su familia: la pequeña Marjane, soñadora e idealista, y precoz admiradora de Marx, Ghandi y el Ché Guevara, se ve imbuida en al lucha de sus mayores contra la tiranía del Sha en un país lleno de desigualdades sociales pero altamente occidentalizado. Tras la revuelta popular que propició la caída del soberano déspota, el país se encuentra entre la dualidad de elegir quien tomará las riendas del país, si los revolucionarios izquierdistas que comandaron al revolución o los religiosos islamistas. El triunfo de estos últimos utilizando la coacción y el asesinato contra los izquierdistas convierte la esperanza de los Satrapi en temor, que se convierte en pánico para Marjane ante la noticia de la muerte de amigos de sus padres luchadores contra el antiguo régimen, y de su tío Anouche, comunista y ex residente en la URSS. Esta primera parte es una crónica del fin de la inocencia, contada de manera bastante naïf y con bastante carga política, siendo junto con la segunda, la parte del cómic, digamos, más politizada.

En el segundo Libro, que transcurre de 1980 a 1984, Marjane nos narra su ultima infancia, pubertad y comienzo de la adolescencia en el Irán islámico y en guerra con Irak. Ambos hechos marcan profundamente a la autora, aumentando en ella la consciencia de pérdida y de la falta de libertad, en un país que comienza a convertirse en un infierno. La obligación de estudiar niños y niñas separados y del uso del velo islámico en las últimas son hechos tratados con marcado simbolismo por la autora y vistos con una sutil ironía. Son días de refugios antiaéreos y de la estricta vigilancia de los “Guardianes de la Revolución”, que se encargaban de que la población no cayese en costumbres, actitudes y maneras de ocio occidentales, algo que para una adolescente amante de las zapatillas Nike, Iron Maiden, Michael Jackson y de la hoy olvidada estrella pop norteamericana Kim Wilde, resulta francamente molesto. Una sociedad que trata de disfrutar clandestinamente de los objetos de consumo occidentales y en donde todo lo relacionado con la religión tenía carta política y social (y viceversa). Varios incidentes de la rebelde Marjane con sus profesoras en diferentes colegios por cuestiones ideológicas llevan a sus padres a la determinación de enviarla a Europa, a Austria, concretamente, para que continúe allí su educación secundaria durante un tiempo.

La tercera parte, supera las dos anteriores en matices, calidad narrativa y madurez, sin ser estas insuficientes en ninguno de estos aspectos. A partir de aquí la autora recurre a recuerdos de su vida relativamente mas recientes y esto se nota enormemente, así como al aumentar al edad de nuestra protagonista las cuestiones se van haciendo más complejas, y la historia va tomando cada vez mas tintes psicológicos, expuestos de una manera tan clara como apasionante. En este Libro 3 la acción se desarrolla de 1984 a 1988 íntegramente en Austria, por lo que los escenarios cambian radicalmente respecto a la primera mitad de la obra, así como la personalidad de la protagonista, algo a lo que el lector asiste impactado. Esta parte esta narrada como la historia del ascenso y caída de una adolescente de un país árabe en un entorno extraño en el que no tardará en adaptarse, pero llevando siempre el lastre de pertenecer a otra cultura y de haber vivido otra realidad diferente a al que le toca vivir ahora. Los primeros amores, el sexo, y los escarceos con las drogas terminan metiendo a Marjane en una especie de mundo irreal que ni la relación con su primer novio formal, Markus, consigue salvar. Resultando esta además fallida, Marjane vive unos meses en la indigencia echando por tierra la felicidad que había conseguido en Austria y su brillante aprovechamiento académico. Al final, el regreso a Irán, constatará una especie de fracaso.

En el último Libro de Persépolis, que se desarrolla entre 1988 y 1994, asistimos a los intentos de éxito social de al ya joven adulta Marjane, en un Irán empobrecido, devastado por la guerra y con un islamismo mas radical que nunca. La relación con sus padres se torna clave en esta parte, demostrando la importancia que estos tienen en el desarrollo de la historia y de la trayectoria vital de la joven Marjane. Esta parte esta muy bien narrada- tal vez la mejor de todas- sobre todo en el aspecto de mostrar la lucha de una joven inadaptada, creativa e idealista en un entorno conservador que no es propicio para ninguna de sus aspiraciones. La rebeldía de los jóvenes iraníes por conseguir vivir en una sociedad mas justa aparece como eje vertebrador de esta parte, en donde Marjane, estudiante de Bellas Artes, vuelve a sufrir decepciones, como un tempranera, fortuito y desilusionado matrimonio. Al final, la solución pasará por la huida hacia un mejor destino.


Hay que decir que en las cuatro partes de este cómic, existe una diferencia – a parte de en el aspecto narrativo, que se va enriqueciendo en cada uno de los cuatro actos- en el tipo de dibujo; en el primero este es muy esquemático, ingenuo y basado en formas geométricas muy claras (casi Picassiano), acorde con la inocencia de la historia de infancia que se cuenta. En el segundo Libro, el trazo se torna menos anguloso y las figuras no son tan estáticas y poco detalladas; en el tercero los fondos y los detalles ganan protagonismo, así como los personajes se van haciendo más estilizados; y en el cuarto el tipo de dibujo es mas rico y vistoso, con ciertas similitudes con la Línea Clara europea. No son de extrañar estos cambios dado que Satrapi ha escrito las cuatro partes en diferentes años sucesivos, tiempo en el que una dibujante relativamente joven y recién llegada al campo del cómic ha podido definir y perfeccionar su estilo gráfico. Claro que también los dibujo más Naïf de las primeras partes tratan de reflejar la visión de una historia desde una óptica infantil, mientras que los dos últimos ya corresponden a una adolescente primero, y adulta después. Con, todo el tipo básico de dibujo en los cuatro capítulos podemos decir que es el mismo y que se identifica sin problemas con un mismo autor. Marjane Satrapi se revela, además de cómo una excelente guionista, como una competente e imaginativa dibujante, con un estilo caricaturesco conciso y sugerente muy elaborado, pero que descansa sobre conceptos visuales de esquematismo y de claridad, revelándose además como una maestra en el uso del blanco y negro.


Más que un cómic autobiográfico

Persépolis se encuadra en el siempre difícil pero a menudo gratificante subgénero del cómic autobiográfico, estilo adulto donde los haya dentro del noveno arte y que ya ha dado auténticas obras maestras como al citada Maus. Esta claro que en la biografía de juventud de Marjane Satrapi hay una gran historia, y sobre todo se palpa que la autora tiene ganas de contarla. Hay que recordar que Marjane Satrapi es una mujer iraní, y la sola mención de este axioma se asocia con muchas ideas preconcebidas en el público, que la autora trata de matizar y explicar tratando de derrumbar estereotipos y falsos mitos sobre la realidad y la historia de su país. Ojo, ni mucho menos Satrapi justifica la política y la situación social de Irán, mas bien lo contrario (es claramente anti islamista), pero también nos muestra algunas realidades de la vieja Persia poco conocidas por occidente, como el afán de muchos de sus habitantes por tratar de vivir en libertad, la oposición sin concesiones de muchos compatriotas al régimen islamista y el hecho de que no todos los iraníes son unos extremistas fanáticos. Su país, el verdadero protagonista de al novela gráfica, aparece aquí como un viejo reino herido de muerte que trata de luchar agónicamente por entrar en la modernidad y superar el odio que ha destruido moralmente el país.


La propia Satrapi no puede olvidar que la historia de su vida esta unida a la de la decadencia de su país, y esto se refleja en el libro. El estilo narrativo es muy directo y fácil de seguir, con recursos efectivos como que la protagonista-narradora se dirija al lector tête a tête en diversas viñetas aclarando situaciones o introduciendo elipsis narrativas. Artísticamente, el uso magistral del blanco y negro logra unas viñetas elegantes y deliciosas en donde los personajes ganan terreno a los escenarios. Viñetas grandes, algunas que ocupan una plancha completa, se prestan a composiciones alegóricas o simbólicas sobre hechos reales que narra la historia, algunas muy logradas. La expresión del drama y el patetismo, muy presentes en este libro, alcanzan momentos sublimes en hermosas viñetas.

La combinación de anécdotas simples y simpáticas con hechos dramáticos se ha hecho como solo podía hacerse: contando la realidad tal cual pasó, con sus errores, imperfecciones y antihéroes. La verdad es que poco se puede reprochar a este cómic, salvo tal vez el un tanto pedante curso acelerado de la historia de Irán en la primera parte, algo imprescindible para entender el relato, pero su presentación como texto de un libro de primero de ESO resulta a veces un poco cargante.

Mención a parte merece en esta historia el tratamiento que Satrapi hace de su familia, en especial de sus padres, a los que adora y que, en cierta medida, son los impulsores de la narración en todos los sentidos. También resulta importante el personaje de la abuela, un huracán de cordura, sabiduría y saber estar que muchas veces moldea el rebelde y a menudo inconsciente temperamento de su nieta.


Llamado a ser un clásico

Realmente, Persépolis resulta un cómic pionero ya que por primera vez cuenta la historia real de una habitante de un país de religión árabe. El resultado no ha podido ser mejor en todos los sentidos, tanto en el artístico-gráfico como en el literario, y se postula como un cómic de bandera. Pronto se estrenará en España la adaptación cinematográfica en dibujos animados, totalmente fiel su estilo gráfico ya que no en vano al propia Satrapi es su co-directora, junto con Vincent Paronnaud. Su preestreno en Cannes causó controversia entre los espectadores árabes, que la acusaron de anti islamista. Este filme aumentará la popularidad del cómic: ya se sabe, el mundo del tebeo de culto es muy minoritario.

Persépolis es ante todo una gran historia que debía ser contada. Su narradora y protagonista ejerce todo el tiempo una constante crítica a todo lo que la rodeó e influyó, empezando por ella misma. La verdad, es que dosis de honestidad de este tipo hacen falta en un mundo como el nuestro en donde hay muchas lamentaciones pero tampoco se dan soluciones. Persépolis cumple en honestidad y sinceridad y también sabe dejar una puerta abierta a al esperanza, que es lo más importante.

miércoles, julio 11, 2007

El aparatito de Lumiere- 28 SEMANAS DESPUES


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Una más que digna secuela de 28 días después (2002), la película de terror británica dirigida por Danny Boyle que resultó todo un éxito de taquilla internacional. Se puede decir incluso que esta segunda parte, rodada con más medios, es mejor que la primera. De nuevo nos encontramos con la apocalíptica historia de la epidemia de la extraña enfermedad de la ira, la cual se propaga por todo el reino Unido a la velocidad de al luz y convierte a sus afectados en una especie de zombies maniacos, salvajes y asesinos de comportamientos casi animales. La mayor parte de la acción de esta secuela se sitúa, como su título indica, 28 semanas después del final de la anterior película, en la que parecía que la epidemia había remitido tras unos días de lucha de los supervivientes de una cuarentena de 28 días tras un brote vírico con los sanguinarios afectados por dicho mal. En esta ocasión, el responsable de 28 días después, Danny Boyle (Trainspotting, A tumba abierta, Millones, o la reciente Sunshine), no se sitúa detrás de la cámara sino que se centra en las tareas de producción, dejando este cometido a ni más ni menos que el canario Juan Carlos Fresnadillo, que con su primer filme, Intactos (2001), logró convencer a la crítica internacional y en su segunda película ya ha dado el salto a la industria anglosajona con excelentes resultados artísticos y comerciales (la película, como su predecesora, ha sido un taquillazo en USA), demostrando que es un buenísimo director, tal vez de los mejores realizadores que hay en España actualmente. Muy posiblemente su futuro esté en Hollywood.

El propio Fresnadillo junto con sus colaboradores hispanos Jesús Olmo y López Lavigne, es el autor del guión, escrito a partir de un argumento de Rowan Joffe, autor del guión de la primera parte. Esta secuela no tiene a ninguno de los personajes de 28 días después, lo que ayuda al espectador que no haya visto la primera parte y añade además una buena dosis de imprevisibilidad en la historia. No obstante, al película comienza con unos hechos que temporalmente se sitúan en los instantes finales de al anterior película, aunque sin ningún personaje de esta. Si bien está 28 semanas después, carece de la explicación clara y visible de la metáfora socio-antropológica y política que presentaba su predecesora al narrar la extensión en una buena parte de la raza humana de una deshumanización súbita basada en una rabia y una violencia irracional súbitamente adquiridas y que guarda relación con la propia violencia y el odio imperantes en nuestro tiempo, se puede decir no obstante que conserva perfectamente dicho espíritu claramente crítico con la sociedad actual, la clase política, el estamento militar y, en definitiva, con las consecuencias de una cultura de de la violencia, aunque al omitir los prólogos de aquella primera entrega, esta explicación haya que intuirla sesudamente por parte del espectador que no haya visionado aquel acto primero.

Siguiendo los pasos de Boyle, Juan Carlos Fresnadillo ha aumentado el dinamismo de la saga, dotando al filme de un ritmo totalmente vertiginoso combinado con un magistral manejo del suspense. En lo que respecta al guión, ha sido un cierto centrarse esta vez en las victimas inocentes de todo conflicto, los niños, a través de la historia de los hermanos Tammy (Imoggen Potts) y Andy (Macintosh Muggleton), hijos de Don (Robert Carlyle), un hombre el cual se reúne sus retoños evacuados a Europa continental, una adolescente y un niño, 28 semanas después de que el brote de Ira aparentemente desapareciese de Gran bretaña y la vida en la isla comience a normalizarse, por obra y gracia del ejercito norteamericano al mando de la OTAN. La desaparición de la esposa del este en la epidemia marca el drama de los supervivientes de esta familia, mientras que la inseguridad de un rebrote de la epidemia de zombies, contagiada a través de la sangre y la saliva, trae de cabeza a las autoridades y al ejercito yanki en un Londres en donde los toques de queda la convierten en una ciudad fantasmal. El miedo no tardará en hacerse realidad y Tammy y Andy lucharán por su supervivencia en una capital británica que se verá literalmente bajo el más horrible y bestial de los caos.

Fresnadillo no se anda con chiquitas y nos muestra imágenes aún mas espeluznantes que las que Boyle nos ofreció en la anterior entrega. Una fotografía sucia y enfermiza sirve para transmitir el clima de delirio y terror que viven los protagonistas, haciendo que el espectador viva una auténtica angustia. Ya a los cinco minutos del metraje hay acción y horror elevados al cubo, persistiendo al tónico en bastantes momentos del filme. Son muchas las situaciones límite y tremendamente extremas y bestias que describe la película, así como un gore mas acentuado que en 28 días después, lo cual puede que nosea plato para todos los gustos, aunque todos estos momentos están perfectamente colocados en el guión (lo cual no evita a veces un cierta sensación de que a veces falta sentido de la medida). Es muy significativa también la crítica al ejército y al intervencionismo yanki, con algunos momentos paradigmáticos. Una película vibrante y espectacular, que puede que no guste a todo el mundo, que continúa la línea que iniciase su predecesora de reinventar las películas de zombies con trasfondo político y social. Por cierto, el final deja la puerta abierta a una tercera entrega. Ya veremos.