lunes, septiembre 08, 2008

El aparatito de Lumiere - CHE, EL ARGENTINO (THE ARGENTINE)


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Aunque la figura de Ernesto “Ché” Guevara ya había sido objeto de varias películas, lo cierto es que ninguna hacía justicia a la mítica figura del guerrillero revolucionario argentino. La insistencia del actor puertorriqueño - metido esta vez a tareas de productor- Benicio Del Toro, la última star latina de Hollywood, de rodar una superproducción norteamericana sobre el personaje, ha propiciado que por fin se lleve a cabo al visión cinematográfica definitiva sobre el célebre revolucionario, clave en el ascenso de Fidel Castro al poder y autor de otras dos intentonas revolucionarias posteriores en el Congo y en Bolivia. La novelesca vida del Ché, de la que sobra cualquier presentación encuentra por fin un vehículo digno, de la mano de un director todoterreno y hábil pero de carrera demasiado sinuosa como es Steven Soderbergh, y de un interprete, el propio promotor del proyecto Benicio Del Toro, que se ha imbuido del personaje hasta las cartolas para ofrecer una interpretación magnífica y totalmente creíble de uno de los iconos del siglo XX y sin caer en ningún momento en el tópico ni en la caricatura. A partir de ahora, ya nadie se acordará de que Paco Rabal o Omar Shariff encarnanron a Guevara a finales de los 60 en oportunistas y olvidables productos.


El proyecto de Del Toro, Soderbergh y el guionista Peter Buchman sobre la vida del Ché llevada al cine en realidad se divide en dos películas: esta The Argentine, y su inmediata secuela Guerrilla, pendiente aún de estreno y que has ido rodado con el mismo equipo técnico y artístico. Esta primera parte esta centrada fundamentalmente entre los años 1954 y 1958, es decir, desde que Ernesto Guevara conoce a Fidel en México y hasta el triunfo de la revolución cubana gracias a los guerrilleros de Sierra Maestra, “los barbudos”, comandados por el Ché (llamado así por sus subordinados cubanos por su origen argentino) y los hermanos Castro. El filme omite sabiamente la infancia y juventud del protagonista- recurso facilón donde los halla- y se concentra pues en la guerrilla cubana en la selva y todos sus avatares contados con todo lujo de detalle y basados fielmente en los Recuerdos de la guerra revolucionaria cubana, escritos por el propio Ché Guevara. No obstante, al crónica de la guerrilla se combina con otro hecho fundamntal posterior, la histórica visita del Ché a Nueva York y la ONU en 1964, cuando este era ya ministro de industria en la Cuba socialista post-Batista. Los “capítulos” de Sierra Maestra, rodados en México y Puerto Rico y que componen la columna del filme están magistralmente rodados, mas allá de todas las convenciones comerciales del cine bélico estadounidense: ha sido un acierto que Soderbergh ho haya querido hacer una superproducción hollywoodiense al uso y se haya decantado por el docudrama y el realismo, con una total minuciosidad en escenarios, vestuario, y sobre todo, de ambientes, tanto selváticos como campesinos, guerrilleros, militares, nocturnos, crepusculares . La coproducción de USA con Francia y España para realizar esta película y su secuela ha sido fructífera en cuanto a grandes profesionales de estos países han aportado su genial granito de arena: desde la soberbia música del gran Alberto Iglesias, como la sensacional fotografía del propio Steven Soderbergh (bajo pseudónimo), el diseño de producción de Antxon Gómez o el vestuario de Sabine Daigeler. Además, las caracterizaciones de los personajes históricos son más que excelentes: están clavaditos.


Las escenas de 1964 en EEUU están rodadas en blanco y negro (marca de la casa Soderbergh) y de manera televisiva, ya que se reproducen varias entrevistas que el Ché concedió en dicha visita, así como su histórico discurso en la ONU. Está bastante logrado dramáticamente ese juego de alternar ambas partes temporales para mostrar causas y consecuencias y evoluciones ideológicas. La película, no hay que olvidar este dato, ha sido rodada en castellano (salvo algunos momentos de las escenas en NY, rodadas en inglés) con el fin de mantener fidelidad con la esencia de los acontecimientos, y esta ah sido una acertada decisión; no me quiero ni imaginar como sería con el consiguiente doblaje al castellano si se hubiera hecho en inglés. Por cierto, el bueno de Soderbergh no entendía ni papa de lo que decían sus actores en la película, y aún así…Benicio Del Toro esta impresionante y posiblemente le encontremos en las nominaciones de los próximos Oscar. El largísimo reparto esta compuesto por actores de diversas procedencias: Mexico, Puerto Rico, España, Brasil, Colombia, Venezuela, USA (latinos o no) e incluso una pequeña aportación cubana de la mano de los exiliados laborales Jorge Perugorría y Vladimir Cruz, los inolvidables protagonistas de Fresa y Chocolate. El mexicano Demián Bichir clava a Fidel Castro, lo mismo que el venezolano Santiago Cabrera como Camilo Cienfuegos. Es curioso ver al emperifollado rey Jerjes de 300 convertido en Raúl Castro, por obra y gracia del versátil actor brasileiro Rodrigo Santoro. La aportación española al ponene Elvira Mínguez, Eduard Fernandez, Oscar Jaenada, Rubén Ochandiano (estos dos no los logré identificar en la película, pero según los créditos si salen), y Unax Ugalde, este último el único que tiene un papel de cierto peso en la historia: Roberto El Vaquerito. La británica Julia Ormond interpreta a una periodista yanki.


Directa, violenta, emotiva y muy bien presentada, The Argentinian resulta una película efectiva e inteligente. Un plato con los ingredientes básicos muy bien presentado. Veremos que tal está Guerrilla, pero, por el momento, hay que disfrutar de esta primera entrega.

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