domingo, enero 25, 2009

El aparatito de Lumiere (programa doble)- LA CLASE / MI NOMBRE ES HARVEY MILK

LA CLASE (ENTRE LES MURS)


**** y 1/2


Una magistral curiosidad llega a nuestras carteleras, procedente de Francia. Se trata de Entre les murs, que en España la han dado en llamar La Clase. Su temática, centrada exclusivamente en el mundo de la enseñanza secundaria, y concretamente en las relaciones de un profesor de lengua con su conflictivo alumnado procedente de los extrarradios parisinos, ya de por sí resulta atractiva a priori, pero no se queda simplemente en eso: a medio camino entre al realidad y la ficción, la película, en su intento de mostrar los entresijos de la difícil realidad de la enseñanza en institutos en Francia, utiliza la cotidianeidad y la espontaneidad para presentar un relato completamente creíble y realista. El mensaje del filme es simple: el tratar de educar a adolescentes de barrios marginales es una misión harto difícil pro muchos motivos, que van más allá de los propios chavales y que apuntan al sistema de enseñanza, a la situación política y social y a los errores de los propios profesores. No se incluye ningún mensaje moralizante ni impostadamente positivo en una concatenación de situaciones (en donde no hay historia propiamente dicha) que conforma una especie de docudrama con ribetes casi teatrales (la película se localiza exclusivamente en las dependencias de un instituto y más de la mitad del filme transcurre en una misma aula durante todo un curso) y en donde el naturalismo preside toda la función. El resultado de este filme, rodado de manera cuasi experimental no ha podido ser mejor, ya que La Clase es sin duda uno de los mejores filmes europeos estrenados en 2008. Su Palma de Oro en Cannes y su nominación al Oscar como mejor película extranjera así lo atestiguan.

Laurent Cantet, su director, es uno de los mejores cineastas franceses actuales, con una filmografía no muy amplia en donde destacan películas como Recursos Humanos (1999). Cantet ha firmado una insólita película que utilizando las premisas del documental cinematográfico (actores amateurs: personal docente y alumnos de un instituto suburbial parisino reales, reconstrucción pormenorizada de acontecimientos reales) ha realizado un filme de ficción. Basado libremente en un exitoso libro escrito por François Bégeudeau, un joven profe de lengua que volcó sus experiencias docentes en un instituto de París, al película ha querido rizar el rizo haciendo que el autor del libro interprete al personaje principal, el del joven y apasionado profesor François Marin, un trasunto de si mismo, y contando la participación de profesores, alumnos y padres de alumnos reales prácticamente interpretándose a si mismos. La totalidad de loa personajes tiene el mismo nombre de pila que los actores o actrices amateurs que los interpretan, así mismo cabe pensar que la “historia” real de cada uno de ellos es la misma que la que se cuenta en la película.

El filme describe además una realidad de la sociedad francesa actual como es el proceso de multiculturalización y las dificultades que puede acarrear en ocasiones, especialmente en el tema de la enseñanza. La clase, repleta de alumnos de origen africano, magrebí, asiático o caribeño, refleja el hecho de que en Francia resulta muy difícil integra de manera ecuánime a jóvenes de distintas procedencias. Pero no se centra esta película solo en eso, ya que a la hora de exponer las causas de la conflictividad y del fracaso escolar se ceba con el sistema educativo y con lo rígido del sistema disciplinario. Resulta muy interesante el personaje del profe François, del que apenas conocemos nada (sabemos mucho más de varios de sus alumnos), pero que se postula como el motor de toda la inusual narración. Y no resulta ni mucho menos un “héroe” al uso, ya que en su afán por buscar la total credibilidad, en al película comete no pocos (e imperdonables) errores.

Una película cuidada, lograda, tan espontánea y natural como su jovencísimos protagonistas (geniales, conmovedores, a veces repelentes, otras adorables, irritantes…como la vida misma) y que se ve muy bien, pese a veces hacerse innecesariamente larga y esquiva. Con el doblaje en castellano se habrán perdido muchas cosas, pero este resulta muy esforzado. La verdad es que el cine español debe mirar más al cine francés, ya que en el país galo se hacen películas verdaderamente grandes y con temas e historias que saben hacer de la anécdota una epopeya narrativa y visual.




MI NOMBRE ES HARVEY MILK




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Interesante biopic este, protagonizado por Sean Penn y dirigido por el en otro tiempo cineasta independiente Gus Van Sant, que desde El indomable Will Hunting (1997), parece ya integrado definitivamente en el cine comercial. El personaje del que se hace biografía cinematográfica, no muy conocido por el público europeo en general, es Harvey Milk (1930-1978), legendario activista gay en el San Francisco de los años 70 y primer cargo público homosexual de la historia de EEUU, accediendo en 1978 a una concejalía en el ayuntamiento de San Francisco. Icono del mundo gay, Milk ya había sido objeto de un filme documental The times of Harvey Milk (1984), oscarizado en su categoría. La singularidad del personaje, asesinado en 1978 por otro concejal desequilibrado, Dan White, pedía a gritos una nueva película. El encuentro entre Van Sant y Penn ha propiciado una película ambiciosa y tal vez demasiado encarada hacia a los Oscar y demasiado biopic hollywoodiense convencional. No obstante, la película no solo se deja ver con sumo interés, sino que emociona a ratos y consigue transmitir todos los entresijos y tribulaciones de la lucha de Milk por que se reconociesen los derechos de los homosexuales en EEUU en una época en que la homosexualidad se seguía considerando como una enfermedad y una depravación. Reproduciendo a las mil maravillas el ambiente de Castro st., el mítico barrio gay de San Francisco, centro neurálgico de la cultura gay norteamericana y mundial en aquella época, la película hace una espléndida recreación de los 70, en donde también se incluye material de informativos reales y de archivo documental.

Sean Penn, como era de esperar es el amo y señor de la función interpretando con convicción y de manera muy digna al interesante personaje, un corredor de fondo en toda regla. Le secundan acores jóvenes como James Franco como Scott el primer novio de Harvey, Diego Luna, Lucas Graabel o Emile Hirsch, todos ellos convertidos en amigos y colaboradores de Milk, las primeras “locas” que se atrevieron a alzar la voz de su condición sexual en la conservadora sociedad norteamericana. Resulta reseñable el papel de Josh Brolin como Dan White, concejal rival de Milk (y también su asesino y del alcalde Moscone) de desconcertante e intrigante personalidad. En general, la dirección de actores es excelente, especialmente porque esta fundamentada en un guión sólido y escasamente concesivo. Es cierto, sin embargo, que la película en no pocas ocasiones se escora a la dramatización fácil y al efectismo (en los momentos finales, sobre todo), lo cual de alguna manera termina por desvirtuar algo un espectáculo narrativo que se esfuerza por aunar coherentemente crónica, reivindicación, historia y descripción de subculturas. Una película interesante si se desean conocer sucesos significativos de la crónica reciente norteamericana y si se quiere profundizar en acontecimientos significativos en la lucha por la normalización de un colectivo social que en otros tiempos ha sido injusta y duramente castigado y tratado