lunes, noviembre 26, 2012

El Aparatito Lumiere LA PARTE DE LOS ANGELES (THE ANGEL´S SHARE)



 
** y 1/2

Es una buena noticia constatar que en esta época de crisis haya películas que reflejando los incómodos avatares de estos últimos tiempos dejen cierto poso para la esperanza. Esta dualidad entre el drama de los problemas sociales y una visión resolutiva positiva en realidad ha sido una constante en la obra del veterano director de The Angel´s Share, Ken Loach, que en esta ocasión ha escogido la comedia como vehículo narrativo sin abandonar el tono inmediato, naturalista, comprometido y un tanto agridulce de su larga filmografía. Aunque no es la primera vez que Loach se asoma a la comedia en esta ocasión el realizador británico se encuentra poco inspirado a la hora de dar consistencia e interés auténtico a un relato simpático y bien planteado pero muy irregularmente trazado, pese a los esfuerzos de su en otras ocasiones más brillante guionista habitual Paul Laverty.

Escocia es el escenario de en donde transcurre la historia de un grupo de jóvenes de escasos recursos con delitos más o menos menores (agresiones brutales, hurtos) que participan en un programa de cumplimiento de pena mediante trabajo comunitario en Glasgow. Robbie (Paul Brannigan), uno de estos muchachos, tiene antecedentes por peleas y agresión, acaba de ser padre y es odiado por la (un tanto bestia) familia de su pareja; intentando enderezar su torcida vida descubre por medio de Harry (John Henshaw) el responsable del programa de trabajo comunitario, el lucrativo mundo de la cata de whisky y las subastas de botellas de este licor donde se mueven grandes sumas de dinero. Un plan urdido junto con tres de sus compañeros del programa -con  el whisky por medio- tratará de obtener sustanciosos dividendos a los cuatro jóvenes que en la curiosa aventurilla lucharán contra sus miedos y el mal concepto que ellos tienen de si mismos. Unas intenciones loables, sencillas e incluso simpáticas las de este filme pero que en su desarrollo consigue entusiasmar en ningún momento. Si bien el plantel de semi desconocidos intérpretes está correcto, la combinación de ambientes, escenarios y contextos bien diferentes es perfectamente creíble (como no se podía esperar menos en Ken Loach) y los momentos de comedia costumbrista están muy bien insertados en un escenario de drama realista, la película no hace demasiados esfuerzos para ser memorable y se deja llevar por una liviandad bastante inadecuada fruto de un guión algo desmañado. Al final el sabor de boca es un pelín insatisfactorio si tenemos en cuanta la entidad de su director, aunque puede que los seguidores más acérrimos de Ken Loach esta película les satisfaga. ¿Recomendable? Cada uno, según su criterio