martes, abril 09, 2013

El Aparatito Lumiere LOS ULTIMOS DIAS



 
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Aunque la intención era loable, en esta película un resultado incompleto e insatisfactorio ha convertido a una película muy bien planteada y con varios más que interesantes momentos en un trabajo irregular y mediocre que demuestra que el cine español aún tiene que aprender para hacer un cine fantástico convincente, algo que por otra parte ya había conseguido en cintas pretéritas como El Laberinto del Fauno o la saga [Rec] pero que en esta ocasión se queda en un claro y clamoroso quiero y no puedo. Verdaderamente, la pareja de hermanos directores Alex y David Pastor demuestra ser un tándem prometedor y con bastantes ganas de contar grandes historias, pero un guión demasiado timorato y moroso en desarrollar la curiosa premisa argumental de una manera dramáticamente convincente, echa por tierra el buen trabajo técnico con una cuidada fotografía y unos sugerentes escenarios virtuales que nos llevan a una Barcelona de calles y espacios abiertos desiertos a causa de un extraño mal que ha afectado a toda la humanidad. Una historia apocalíptica que trata de situar el supuesto comienzo del fin de la raza humana en forma de una epidemia mundial de agorafobia que obliga a las personas a refugiarse en espacios cerrados poniendo en peligro su supervivencia y de paso haciendo aflorar sus más hondos instintos.

La historia, centrada en las vicisitudes de dos personajes, Marc (Qim Gutiérrez) un joven que busca a su pareja (Marta Etura) recorriendo las alcantarillas de la ciudad condal y Enrique (José Coronado) un ejecutivo jefe de Marc antes de la epidemia que deberá colaborar con este en la búsqueda para garantizar su propia supervivencia al tiempo que se ve con la obligación de proteger a su nuevo aliado. La relación de amor-odio y de inesperada colaboración entre estos dos personajes antagónicos y enfrentados en el mundo antes del extraño preludio de Apocalipsis es de lo mejor del filme aunque la buena interpretación de Coronado no se vea correspondida por un Gutiérrez que no destila credibilidad en ningún momento (a mi me recuerda a una versión descafeinada  de Álvaro Amann en Celda 511). La película tiene sus mejores momentos en los flashbacks que establecen el origen de la historia y en los compases finales, aunque la un tanto insatisfactoria resolución final entrega el filme a la mediocridad. Sobra además una violencia un tanto gratuita que desentona con la pretendida poesía de otras escenas en medio de un conjunto con demasiados altibajos. Otra oportunidad perdida de hacer un buen filme fantástico en el cine español.         

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