domingo, junio 30, 2013

El Aparatoto Lumiere EL HOMBRE DE ACERO (THE MAN OF STEEL)




 **

Una ocasión desaprovechada. Si el fin era hacer resurgir para el cine a un personaje mítico como Superman con una película (a la que se supone seguirán otras más) que debía de ser un referente para una nueva generación como ya la fue la saga de los 70 y 80 encabezada por la ya clásica Superman The Movie de Richard Donner, se ha fracasado. Esta The Man of Steel con un presupuesto generoso, efectos especiales de la última generación y la dirección de un interesante adaptador del cómic a la pantalla como Zack Synder (300, Watchmen) pretende ser un reboot como dios manda de la franquicia cuyos derechos cinematográficos posee desde los 70 Warner Bros, tras la fallida experiencia de Superman Returns (2005) con la historia de nuevo contada desde el comienzo (el origen de Superman) y aparentemente con una intencionalidad mucho mas ambiciosa que el filme de los 2000 sobre el más famoso superhéroe pero la cosa se queda en agua de borrajas. En realidad, el filme parece haber sido concebido y filmado como la magna (y definitiva) respuesta de la editorial DC Comics a las continuas producciones sobre los superhéroes de la otra gran compañía creadora de superdotados en mallas, Marvel, con su personaje estrella por bandera y lo cierto es que en no pocos momentos The Man of Steel  parece una copia estética e incluso argumental de las adaptaciones marvelianas. Con un muy mal trabajado equilibrio entre el drama humano psicológico (la difícil asunción del propio héroe sobre su identidad y su destino) y el espectáculo épico, al final la película pese a algunas virtudes termina siendo un pastiche poco convincente y demasiado histriónico.

Pese a que se nota un montón que la película ha tomado como modelo el entre naïf y épico espíritu del Superman de Donner de 1978, en realidad todo se queda en un simple homenaje pese a los esfuerzos  por desarrollar una historia con estilo propio y personalidad. En ese sentido, lo mejor de la película esta en su media hora inicial ambientada en el planeta Krypton y en los primeros años del héroe en Smallville (otra feliz coincidencia con aquella exitosa versión): en el primer escenario concretamente asistimos a los mejores momentos de la película con un imponente Krypton con una estética entre el Dune de David Lynch y el universo de fantasía épica de Robert Howard y un muy convincente Russel Crowe como Jor-El, el padre de Kal-El / Superman, mientras que poco después asistimos a la infancia y adolescencia de Clark Kent (completada luego mediante flashbacks) con un tono más sombrío y realista que melodramático y unos competentes  Kevin Costner y Diane Lane como los Kent. Tras la también acertada reinterpretación del paso de Clark a Superman (tal vez sobrecargada de juegos de guión innecesarios) la película comienza a caer en picado desde que hace acto de aparición para confrontarse con el héroe el villano General Zod (Michael Shannon) y es entonces cuando el guión avanza como una exhalación dejando multitud de agujeros  a su paso, a Henry Cavill (el primer Superman británico de la historia) se le ve perdido en no pocas ocasiones y una oleada de combates, luchas, explosiones, desastres y desmanes varios convierten el filme en poco más que un videojuego de matar y darse de leches.

La sensación final es de un mal megamix de los clásicos Superman y Superman II con una visión pretendidamente contemporánea, un improcedente escoramiento hacia el cine de catástrofes y un exceso de pretensiones. Desde luego no es el mejor comienzo para una nueva saga y la verdad es que la siguiente entrega tendrá que mejorar en muchas cosas -trazar mejor la relación entre Lois Lane (Amy Adams) y Superman, por ejemplo- y aunque Henry Cavill no sea una mala opción del todo para encarnar a uno de los más míticos personajes de ficción del siglo XX. Mucho ruido y pocas nueces para lo que es en realidad una simple película de verano.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario