lunes, octubre 07, 2013

El Aparatito Lumiere GRAVITY




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Hay que reconocer que muchas películas tiene justificado su pase en 3D, y Gravity, más que interesante filme del mexicano instalado desde hace ya bastantes años en Hollywood Alfonso Cuarón, cumple todos los requisitos de una película en tres dimensiones con vocación de ser algo más que un mero espectáculo. Es cierto que aquí los efectos especiales son los amos de la función en un filme ambientado (¿a tiempo real?) en el espacio, pero Gravity es sobre todo un felizmente resuelto experimento en donde lo visual y las imágenes priman sobre la acción y los escasos diálogos y soliloquios de tan solo dos actores importantes están perfectamente integrados con la imagen y esta a su vez con la narración en una historia tan mínima como a veces poco creíble pero siempre angustiosa y tensa. El hecho de ser una película con astronautas como protagonistas, con el espacio como único escenario y con varias naves y satélites pululando por ahí no significa, ojo, que estemos ante un filme de ciencia-ficción, ya que lo que se nos cuenta es una historia de astronautas de la NASA más o menos científicamente posible, por lo que muchos medios de comunicación bien podrían haber evitado clasificar en el género de ficción científica a esta película y así evitar despistar a los espectadores.      

Sandra Bullock y George Clooney son los dos astronautas protagonistas de esta desesperada historia de supervivencia; el un veterano a punto de retirarse y ella una médico, novata en esto de la exploración espacial. Una catastrófica casualidad convertirá una rutinaria misión de reparación de un satélite en una situación límite en un entorno tan insólito como indescriptible como es el de la inmensidad del espacio exterior. La doctora Ryan, literalmente perdida-atrapada en el cosmos necesitará de la ayuda y experiencia del astronauta Matt, pero la cosa es realmente complicada y angustiosa. El filme sabe transmitir perfectamente una total sensación de vacío, miedo y “vértigo” al cosmos gracias a que logra ponernos en la piel de Ryan y hacer que compartamos su pánico. Unas espectaculares y poderosas imágenes espaciales consiguen transmitir tanto fascinación como belleza y por que no, horror y desesperación. El soberbio guión que ha firmado Cuarón junto con su hijo Jonás no se anda con tonterías y pese alguna concesión sentimental o propia del efectismo más ramplón, camina con paso firme hasta tal vez los compases finales de la película en la que una serie de situaciones nada creíbles desdibujan un filme que hasta el momento había cumplido con creces. La interpretación de Sandra Bullock es magnífica y muy convincente, componiendo un personaje a la altura de una historia que mezcla magistralmente el estudio psicológico de la angustia con el de la crónica realista de una supervivencia ante situaciones límite. Un filme poco usual que no será plato para todos los gustos pero que resulta enormemente evocador y degustable.       

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