martes, mayo 21, 2013

El aparatito Lumiere EL GRAN GATSBY (THE GREAT GATSBY)




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Con buen hacer y un cine más que aceptable se ha vuelto a recuperar para el cine el clásico de la literatura norteamericana firmado por F.Scott Fitzgerald The Great Gatsby, llevado a la pantalla en varias ocasiones en donde destaca la versión de 1949 dirigida por Elliot Nugent y protagonizada por Alan Ladd y Betty Field y la de 1974, a mayor gloria de un inolvidable Robert Redford acompañado por Mia Farrow y dirigida por Jack Clayton. En esta ocasión el aparatoso y efectista pero original cineasta australiano Buz Luhrmann (Romeo +Juliet, Molin Rouge, Australia) -el Ken Russell del siglo XXI- adorna su breve filmografía (cinco filmes en veinte años) con una nueva e interesante versión de la novela con una impronta visual deslumbrante y grandgiñolesca y un estilo narrativo original y verdaderamente logrado, elementos con los cuales el director y guionista demuestra rehusar a hacer una adaptación fidedigna y encorsetada del material de partida imbuyendo a una historia ambientada en los años 20 del siglo pasado un tono estética y narrativamente contemporáneo, algo parecido a lo que hizo con Molin Rouge: en ese sentido y aunque la cosa no esté tan salida de madre como en aquel filme, es cierto que aquí también se juega con el anacronismo y con  ciertos clichés de la cultura pop de los últimos quince años otorgando un cierto tono caricaturesco que puede que no sea plato para todos los gustos, especialmente entre los admiradores de la novela original o de las anteriores adaptaciones cinematográficas.

Leonardo di Caprio es que in interpreta esta vez a Jay Gatsby, el apuesto joven millonario de Nueva York que a principios de los años 20 es la comidilla de todo el mundo en la Gran Manzana, un hombre apuesto y elegante que parece tenerlo todo y que aún aspira más con su ambición infinita. Admirado y envidiado por todo el mundo, tiene su más file seguidor en el licenciado en Yale Nick Carraway (Tobey Maguire), quien pronto advierte de la obsesión de Gatsby por conseguir el amor de la prima de Nick,  Daisy (Carey Mulligan) casada con el millonario Tom Buchanan (Joel Edgerton), un individuo de poco fiar. La desesperación de un hombre rico y poderoso por no poder conseguir un amor deseado durante largo tiempo muestra a Nick la débil base sobre la que se sostiene un mundo de lujo, actos sociales, contactos en las más altas esferas, multitudinarias fiestas desenfrenadas (con estética de rave en macrodiscoteca y a ritmo de música House en la película) y aclamación de las masas y pronto lo artificial y las falsedades serán descubiertas. Verdaderamente, es una lástima que en esta versión el discurso de la historia y la descripción-caracterización de los personajes prácticamente queden relegados a un plano secundario merced a la a veces un tanto cansina apuesta por el aspecto visual del filme, muy logrado dicho sea de paso con esa mezcla del art decó y el futurismo de los 20 con la cultura clubber del siglo XXI  para mostrar un mundo de ricos petimetres, flappers, gangsters respetables y en definitiva toda la despreocupación de los felices años 20 visionada bajo el prisma de los 2010. Da la impresión de que Luhrmann da por supuesto que el público prefiere el espectáculo (musical, acción, algún pasaje psicotrónico bizarro) a la esencia de la historia, que si bien se mantiene intacta y es claramente lo que vertebra al filme, no consigue destacar como es debido. Pese a todo, esta nueva Great Gatsby  resulta una película estimulante y realizada con oficio y acierto por un cineasta con muchísimos argumentos pese a sus excesos habituales. Una buena opción para una tarde o noche de cine si se quiere disfrutar de una entrañable historia contada de manera poco habitual.