jueves, junio 13, 2013

MIS RETALES FOTOGRÁFICOS (XXI)

Atardecer de playa en abril  (2013)

Buscando la línea de costa (2013)

Calvario (2013)

Gothic Deep Forrest (2013)

Una alfombra verde (2013)

Urdaibai Series VI- Carga y Descarga (2013)

martes, junio 11, 2013

El Aparatito Lumiere QUINCE AÑOS Y UN DIA





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Resulta elogiable el esfuerzo de muchos directores españoles por tratar de ofrecer películas realistas, creíbles e inmediatas con buenos guiones y planteamientos sólidos sin caer en clichés y sin renunciar a las señas de identidad del cine español, aunque los resultados sean a veces desiguales o incompletos. Sin ir más lejos el último filme de Gracia Querejeta (El Último Viaje de Robert Rylands, Siete Mesas de Billar Francés) una cineasta interesante y muy bien dotada pero que no ha logrado mantener una regularidad acorde con sus más que prometedores inicios, entra dentro de estos esfuerzos por ofrecer un buen cine entre el drama y lo cotidiano y sin perder en ningún momento un tono de gran historia aunque a veces eso no se consiga. Es esta una película inteligente y sólida sustentada- a veces excesivamente- por un reparto eficaz y en donde destacan un buen puñado de jovencísimos actores. Una historia de amor familiar, concretamente entre un abuelo, una madre y un hijo, en donde se ilustra muy bien el poder de los lazos de sangre llevado hasta sus últimas consecuencias ante una situación extrema. Así mismo, el conflicto intergeneracional a dos bandas esta muy bien representado en la figura pivotal de un adolescente problemático y rebelde que no se encuentra a gusto ni con una madre viuda insegura y lastrada por la pérdida de su marido y por la insuficiencia de la figura paternal de su padre, ni con un abuelo autoritario y descreído pero con enorme aplomo y sentido de la justicia que busca redimir con su nieto sus errores familiares.       

Jon (Arón Piper) un catorceañero donostiarra es enviado por su madre Margo (Maribel Verdú) a un pueblo de Levante a vivir una temporada con su abuelo Max (Tito Valverde), un militar retirado y divorciado, tras ser expulsado del instituto. El chaval, desorientado pero con su propia visión de las situación, no tardará en encontrarse con un terrible problema que pondrá en jaque a una familia en proceso de descomposición. La película, pese avanzar firmemente en un guión sólido y muy bien planteado escrito por la propia directora y Antonio Mercero Jr., a veces no encuentra el tono y ello no es por un enorme trabajo interpretativo ni por lo bien que está la parte juvenil del elenco (Arón Piper, Boris Cucalón, Sfia Mohamed y Pau Poch) sino por la sensación de falta de atrevimiento a llevar un planteamiento realmente interesante más allá. Jugando con el cine policial y la intriga, el elemento dramático se ve reforzado pero todo parece avanzar demasiado rápidamente y de manera muy esquemática, sobre todo al final del filme y el resultado se resiente algo.  

Con todo, Quince años y un día, es un filme recomendable aunque puede que no guste a todo el mundo y con su sabia mezcla de sensibilidad y firmeza resultará sugerente a los padres/madres con hijos adolescentes. Este además ha sido la primera cinta de Gracia Querejeta sin los auspicios de su padre, el gran Elías Querejeta, recientemente fallecido. Sirvan estas líneas también para rendir un merecido homenaje a esta figura clave del cine español cuya impronta, por supuesto, también se deja ver en esta película dirigida por su hija.