viernes, julio 05, 2013

SUPERLÓPEZ, 40 AÑOS DE UN SUPERHÉROE DE ANDAR POR CASA (y II)




 


 Las mejores aventuras (1980-1985)




El periodo de la primera mitad de los 80 es sin duda el más brillante en cuanto a la calidad de las aventuras de Superlópez. Con Jan como guionista en lugar de Francisco Pérez Navarro “Efepé”, los álbumes de Superlópez ganan en dinamismo y complejidad en las tramas y junto con la parodia de diferentes géneros de la ficción como son la ciencia ficción, la fantasía, el policíaco o las aventuras exóticas, está presente un humor corrosivo y mordaz muy crítico con la sociedad española de cada momento, la cual parece retratada entre la caricatura y el naturalismo siempre destacando la más esperpéntico de esta (la política, la burocracia, el mundo empresarial, la influencia de los medios de comunicación, la realidad de las diferentes clases). Poco a poco el personaje se va desprendiendo de su condición de sátira de Superman y se convertirá en un personaje con entidad propia muy marcada (termina resultando algo más que un superhéroe bufo)  que vive en una Barcelona esperpéntica (el barrio del Masnou es la residencia de Juan López/Superlópez) y que se enfrenta con surrealistas aventuras muy bien concebidas cargadas de humor y acción. Pese a no considerarse él mismo un humorista, Jan demuestra a partir del álbum nº 4 de Superlópez Los Alienígenas bordar un humor costumbrista muy sui géneris mezcla de Berlanga y Monty Python así como también demuestra ser un extraordinario narrador de cómics con aventuras muy bien presentadas y con diferentes niveles de lectura en las que parte de conceptos, fuentes y premisas muy diferentes entre sí: parodias de obras literarias, leyendas, mitología antigua, fantasía épica, sátira politicosocial, apuntes costumbristas, temas de actualidad. Como su propio autor asegura, se trata fundamentalmente de contar historias. Todo sin abandonar un divertidísimo tono mordaz que cada vez se hace más adulto y menos infantil, aunque en esta etapa las aventuras de Superlópez están principalmente dirigidas al público infantil y adaptadas a su psicología. Las historias siguen casi siempre el esquema de aventuras de acción (bajo el prisma humorístico) pero no se quedan en eso por su enorme matización y la profusión de escenarios, personajes y situaciones.



Hasta 1985 (el fin de la etapa del personaje en la editorial Bruguera) Jan consolidará el universo Superlópez haciendo historietas cada vez más corales y con más personajes al tiempo que va puliendo su estilo caricaturesco y realizando viñetas con infinidad de detalles inspirados en la vida real y en lo observado en las calles (el autor se inspirará gráficamente en fotografías, muchas tomadas por él mismo) así como establecerá su estilo gráfico dinámico y muy delirante inspirado en el cine y en los dibujos animados. Debutan en esta etapa personajes secundarios como el incompetente e inoportuno inspector Hólmez y su hija adolescente Martha o los villanos más recurridos en los cómics de Superlópez: el científico loco Doctor Escariano Avieso y el gangster Al Trapone y su pintoresca banda.




Los Alienígenas, apareció por entregas en Mortadelo Especial a principios de 1980 y como álbum se publicó en febrero de 1981, solo un mes después de ¡Todos contra uno, uno contra todos! Ya que por entonces el dibujante se planteaba dibujar y publicar cómics del personaje de forma muy rápida ya que no tenía otros personajes para la editorial (aunque esta situación iba a cambiar). Este álbum es la primera gran obra de Jan para Superlópez, en donde se recupera el ambiente urbano en una reconocible Barcelona de principios de los 80 y el apunte cotidiano con un Superlópez/Juan López más humano y más desastre en su dual rol de ciudadano medio/superhéroe patoso (pierde las gafas clarckentianas definitivamente en esta etapa). Vuelven Luisa (más entrañablemente cascarrabias que nunca), Jaime González y el innombrado  jefe de la oficina y nuestro héroe se enfrentan a un matrimonio de monstruosos extraterrestres gelatinosos procedentes del planeta Tirán Lirán, Xonxa y Xonxo, capaces de transformarse en cualquier persona u objeto y que pretenden preparar una invasión de su planeta en la tierra. Xonxa, tras un primer desastroso intento de su inepto marido, decide tomar el peso de la misión transformándose en el General Sintacha, en diferentes delincuentes e incluso en López, pero nuestro héroe desbarata sus planes de una manera más bien cómica.  Este desternillante número consiguió hacer nuevos fans del personaje y aumentó la demanda de una nueva aventura larga por parte de los lectores. Aunque Los Alienígenas no se puede considerar una obra maestra, es uno de los álbumes más divertidos de Superlópez (su tono humorístico es tal vez el mayor y mejor de todos los cómics de Superlópez, véanse las desternillantes portadas de el periódico “El Diarico” y la frase recurrente de un enloquecido Sintacha de “¡No, al manicomio otra vez no!”) y es aquí donde empiezan a surgir recursos narrativos y de gags recurrentes como las coletillas habituales de “un café con leche y un croissant..” pronunciado por un somnoliento Juan López inopinadamente en la cola del metro o el “¡Que alguien me lo explique!”, la frase favorita del jefe; además el autor ya demostró salirse ligeramente de las normas de la Escuela Bruguera gracias al tamaño grande de sus viñetas, la disposición narrativa de estas en las páginas (pausando o acelerando el ritmo de la narración o la lectura) y la composición elaborada de estas a veces con encuadres muy cinematográficos y novedosos. Es aquí también donde nuestro héroe adopta su característica posición de las manos en el vuelo, poniendo “cuernos”. Tras este número llegó El Señor de los Chupetes que tras la publicación de rigor por capítulos en Mortadelo Especial apareció en álbum de la colección Olé en septiembre de 1981. Otro salto cualitativo que situó a Superlópez dentro del género de las aventuras tras haber tocado la parodia de la ciencia ficción en el número anterior. Aunque como bien puede deducirse por el título esta inspirada su premisa en la obra de Tolkien El Señor de los Anillos, en realidad nada aparece del universo de la Tierra Media ni del espíritu de la obra de Tolkien ya que es una historia completamente distinta: Superlópez trata de salvar a la humanidad para que no sucumba definitivamente a los vicios (el tabaco, el juego, la tele) tratando destruir los seis chupetes negros que el inventor de los chupetes desde tiempo inmemorial, el gran Señor de los Chupetes, ha repartido por todo el planeta (y por la luna) y que son custodiados por los enmascarados chupópteros en diferentes lugares. Con distintos escenarios (la selva del Amazonas, el desierto del Sahara, el Himalaya, el fondo del mar, la luna) la historia se plantea como una divertida aventura repleta de villanos risibles y singulares (los seis chupópteros y sus chupetes en la boca, acompañados de sus esbirros ratas y cerdos antropomorfos), criaturas imposibles (antológicos monstruos) y escenarios exóticos.           




A finales de 1981 se publicó una de las mejores y más recordadas aventuras de Superlópez, La Semana más Larga, un título especialmente apreciado por los fans del personaje. Aquí Jan acentuó su faceta de parodista en una historia paradójicamente algo más seria que las publicadas hasta entonces ya que por primera vez Superlópez se encuentra en peligro al ser acusado popularmente de amenaza para la humanidad además de estar a punto de descubrirse su doble personalidad. En esta aventura -más bien un cómic de crítica social sobre la influencia idiotizante de los medios de comunicación, la ineficacia de la burocracia, y la borreguil inercia social ante fenómenos como el fútbol- vemos una de las últimas referencias a la condición de superhéroe del personaje con peso importante en la trama. Aparece por primera vez uno de los secundarios más carismáticos de la serie, el inspector Hólmez, un inspector de policía con gabardina y sombrero a lo Bogart  (aunque su ídolo es el detective de cómic Inspector Dan, creado por Eugenio Giner) al que todo el mundo le parece sospechoso -incluido Juan López/Superlópez- y que no hace más que detener a inocentes sin tom ni son, pronunciando sus frases “veo en usted signos evidentes de inclinaciones delictivas” y “sargento tome nota” cuando va acompañado por un policía. Durante una delirante, ajetreada y caótica semana Superlópez tratará de hacer demostrar a los vecinos de Barcelona que el no ha sido el causante con sus superpoderes de unos misteriosos agujeros que han aparecido en los edificios de la ciudad, en realidad producidos por el malvado Dr. Escariano Avieso y su rayo escariante capaz de perforar cualquier pared. Más tarde. Avieso decide colaborar con el gangster Al Trapone para acometer un importante golpe gracias al rayo perforador. Con elementos de serie negra, humor ibérico y la ya comentada sátira social sobre la manipulación de las masas, La Semana más Larga es un álbum delicioso con momentos verdaderamente antológicos que además consolidó el peculiar universo Superlópez (también hacen su acto de primera aparición personajes como Ramón, el conserje de la empresa) poniendo muy alto el listón del personaje, que ya era uno de los caracteres de cómic más conocidos en España.  





A partir de La Semana más Larga, el ritmo de publicación de Superlópez se ralentiza ya que Jan en 1981 creó a otro personaje, Pulgarcito para la nueva etapa de la revista del mismo nombre ahora en formato bolsillo y del que tenía que dibujar una historieta semanal, circunstancia que durará hasta finales de 1982. Este personaje, una versión actualizada del Pulgarcito de los hermanos Grimm y dirigido a los más pequeños, es una pequeña joya a reivindicar. También en 1981, Jan escribe una entrevista ficticia a su personaje que se publica en un número de la colección Oye Mira -proyecto conjunto de Bruguera con la discográfica Belter que incluía cintas de cassettes de música infantil acompañadas de un librillo monográfico- dedicado a los superhéroes del cómic y en donde se incluyen nuevos dibujos y “remakes” de las tiras mudas de Euredit, además de una canción sobre el personaje en la cinta, cantada por el grupo Regaliz. El dibujante todavía saca tiempo para su cómic estrella y a principios de 1983 se publica el álbum de Los Cabecicubos, otra obra maestra. Aquí se consolida la tendencia de Jan de usar su serie como una acida crítica social y en esta ocasión realiza un alegato antitotalitario en donde planea constantemente la sombra de la denuncia al por entonces no tan lejano régimen franquista. El cómic cuenta como la polución de una fábrica de huevos cuadrados produce una epidemia entre un gran número de los habitantes de la ciudad haciendo que su cabeza se vuelva cuadrada...lo mismo que sus ideas. Superlópez, que junto a Luisa es de los pocos que no ha padecido la inquietante enfermedad, tendrá que hacer frente a la mayoría de cabecicubos, que ha montado su propio partido político que aspira a ser el partido único y que viste uniformada decretando  un ideario totalitario, militarista y fascista que busca oprimir a los no cabecicubos y que lleva al final a una guerra sin cuartel, la Batalla de las Cloacas. El Jefe, Jaime y el General Sintacha se convierten en cabecicubos con el primero como líder carismático (el Primer Hexaedro). Aparece aquí por primera vez Martha Hólmez, que se dedica a atracar bancos en este número mientras su padre el Inspector, que no se ha convertido en cabecicubo, lidera la resistencia contra estos. Un álbum excelente que se revaloriza cada vez más y que también consolidó la peculiar costumbre de Jan de inventarse extravagantes palabras y nombres propios derivaciones de palabras y nombres reales.   




No obstante, La Caja de Pandora (1984) es el que es considerado el mejor álbum de Superlópez y así lo opina Jan ya que se trata de su historia de Superlópez favorita. Publicada primero en álbum en la colección Olé en enero de 1984 y después por entregas en las revistas de Bruguera, La Caja, es un pequeño tratado-manual de mitologías antiguas de la humanidad, concretamente la griega, la egipcia y la azteca más las deidades y dioses de la religión hindú. Diferentes dioses, héroes y seres de estas mitologías desfilan en la aventura caracterizados cómicamente pero con rigor para ofrecer una curiosa aventura que lleva a nuestro bigotudo héroe por diferentes escenarios terrestres y espaciales en una historia que combina la ciencia-ficción, las leyendas mitológicas y la épica siempre desde el peculiar sentido del humor superlopeciano. A instancias del descendiente de la heroína griega Pandora, Superlópez ha de buscar por todo el mundo la mítica caja de Pandora- de donde huyeron todos los males de la humanidad-  antes de que la diosa Gea y diferentes monstruos de la mitología griega (el Minotauro, los centauros, los cíclopes…) la encuentren y la abran de nuevo para que salga el mal que queda (el definitivo) y así acabar por fin con la humanidad. Los dioses de la antigüedad de diferentes culturas (en realidad extraterrestres) se posicionarán a favor o en contra de que nuestro héroe impida la apertura de la caja. Otra vez escenarios exóticos (Egipto, México, la India) y con ambientación muy detallada de estos  (a partir de fotos) en una aventura deliciosa y muy bien guionizada que combina a la perfección la aventura fantástica con el humor y que además termina excelentemente para nuestro personaje. El estilo gráfico de Jan llega aquí también a su culmen gracias a su minuciosidad y la riqueza de detalles con un trazo vigoroso y genial. Tras este número, de nuevo el listó queda muy alto y en 1985 aparece la última historia de la etapa Bruguera, La Gran Superproducción cuya publicación en episodios se comienza a hacer en la nueva revista Superlópez con un primer número que se publica en marzo de 1985, aunque dicha publicación- su creación corroboraba la excelente posición del personaje dentro de las creaciones Bruguera- no dura mucho por la grave crisis que comienza a padecer la editorial.  La Gran Superproducción es bastante inferior en calidad a los álbumes anteriores ya que entre otras cosas se renuncia a la aventura y la fantasía a favor de una historia cercana a la comedia de personajes -como serán varios álbumes de Superlópez a partir de los 90- enfocada en esta ocasión en el mundo del cine: la empresa en donde trabaja nuestro héroe se convierte momentáneamente en una productora cinematográfica (Llauna Films) y decide producir una superproducción de espada y brujería llamada “Tronak el Karbaro” con guión de Juan contratando a varias estrellas, incompetentes actores primerizos y un director de prestigio que dimite al poco de empezar a filmar, con lo que Superlópez accede a ser el nuevo director…con desastrosos resultados. Simpática y con diálogos y gags hilarantes pero totalmente desprovista de ese elemento de homenaje a la fabulación que estaba presente en El Señor de los Chupetes o La Caja de Pandora y sin la crítica sociopolítica adulta de La Semana mas Larga y Los Cabecicubos.  



En el periodo 1985-1986 la Editorial Bruguera entra en una profunda crisis que amenaza con su quiebra. Jan, que desde 1983 volvió solo dibujar a Superlópez para la editorial ya intuía la debacle y se pluriempleó en otras editoriales como Druida, en donde colaboró en la revista Jauja con series como Los últimos de Villapiñas, en la revista Rumbo Sur (la serie Viceversa) o en Norma Editorial cultivando el cómic erótico para adultos en Lascivia, razón por la que aún los cómics de Superlópez tendrán prácticamente publicación anual. En 1986 muchos dibujantes históricos de Bruguera abandonan la editorial y fichan por otras y a finales de ese año Bruguera cierra definitivamente. Jan, que se planteó abandonar el cómic, vio como a principios de 1987 el Grupo Z de Antonio Asensio compró los fondos editoriales de Bruguera así como los derechos de sus creaciones dando lugar a Ediciones B, que se comprometió a editar todos los cómics y publicaciones juveniles de la mítica empresa barcelonesa. De ese modo, Jan pasa a publicar Superlópez en Ediciones B y así hasta la fecha con más de 50 nuevos álbumes de un personaje ya mítico que se resiste a desaparecer firmadas por un dibujante veterano que se niega a jubilarse. Termina no obstante la mejor época de Superlópez, en la que vio traducidas sus historietas a otros idiomas (al alemán como Super Meier o al danés como Superdan) 





Nueva etapa en Ediciones B  (1987-1998)




Ediciones B se convierte en la nueva casa de Superlópez, con las nuevas aventuras publicadas por episodios en la nueva etapa de la revista Superlópez de 1987 a 1990. Tras la desaparición de esta revista, los episodios de Superlópez pasan a publicarse a Yo y Yo (1990-1991) y finalmente en Mortadelo Extra (1991-1996), para a partir de 1996 editarse las aventuras completas directamente los álbumes, coincidiendo con la desaparición de las publicaciones periódicas de cómics de Ediciones B. A partir de esta nueva etapa la calidad de las historietas de Superlópez va descendiendo paulatinamente hasta llegar a la mediocridad muchas veces. Si bien Jan refuerza el realismo de su obra documentándose cada vez más tanto en la elaboración de los guiones como en la ambientación de las viñetas y del dibujo (los entornos y las situaciones son cada vez más realistas aunque conservando siempre ese tono surrealista y esperpéntico), las historias van perdiendo interés por la reiteración de la caracterización de los personajes (solo el personaje de Jaime González experimenta una evolución significativa) y por unos guiones aunque con premisas a veces interesantes poco definidos al fluctuar muchas veces entre lo serio y lo humorístico-grotesco. Es cierto la crítica de la actualidad se acentuará cada vez más llegando a cubrir temas enteros de álbumes (la droga, las sectas, el juego) pero los seguidores del personaje comenzarán a echar en falta mayor fantasía, dinamismo, acción e incluso humor. En otras palabras, Superlópez se hace cada vez más un cómic adulto pero aún no logra dar con el tono correcto de un cómic humorístico para lectores adultos. Esta evolución es debida a que no hubo un recambio generacional a finales de los 80 en los lectores de Superlópez y hasta la actualidad básicamente los lectores del personaje han sido los mismos…y con más edad. Así mismo, esta falta de relevo generacional en los seguidores del personaje es achacable a la crisis que el cómic infantil español lleva viviendo desde principios de los 90: en la actualidad ya no existe un público infantil (ni adolescente) para el cómic en un país en donde hasta mediados de los 80 la mayor parte de la industria tebeística estaba dirigida a niños y niñas.              




Al centro de la Tierra (1987) es el primer álbum de esta etapa, también publicado en la colección Olé. Para muchos críticos, con esta historia, inspirada en la obra de Julio Verne Viaje al Centro de la Tierra, comienza realmente la debacle de Superlópez. Con todo, tampoco está nada mal y aún mantiene el tipo como combinación de aventura y humor. A partir de Cachabolick Blues Rock y El Fantasma del museo del Prado (1988) (dos aventuras en un mismo álbum)  se va viendo cada vez con mayor nitidez que Jan cada vez se toma más en serio su personaje a veces de manera un tanto improcedente y el humor va perdiendo fuelle. De 1987 a 1998 Jan publicará 24 álbumes de Superlópez a razón de dos por año aproximadamente, pero muy pocos los verdaderamente interesantes. Cuando se cultiva la crítica social trufada de surrealismo a lo Lewis Carroll es cuando surgen los mejores álbumes, como En el país de los Juegos el Tuerto es el Rey (1988) ambientada en el ficticio país de Tontecarlo (spoof de Montecarlo) en donde sus habitantes no trabajan, solo juegan, pero Superlópez ayudará a un empresario a montar una “empresa de verdad”  con la ayuda de la juventud del país que se revela también contra el orden ludópata establecido. Si en este álbum Jan hace una crítica a la ludopatía en otros la tomará con el consumo y tráfico de drogas (Un camello subió a un tranvía en Grenoble y el tranvía le está mordiendo una pierna, 1991) la desprotección del medio ambiente (Los Ladrones de Ozono, 1992, donde también se hace una parodia del descubrimiento de America en pleno V Centenario) o las sectas (Tyranosaurus Sect, 1994). Esta última (una aventura muy querida con Jan) junto con En el país de los juegos… y  Cachabolick Blues Rock son de lo más salvable de esta etapa, buenos álbumes pero aún por debajo de la producción de Superlópez en buena parte de los 80. Hay también historias más “de aventuras” enmarcadas en realistas escenarios exóticos internacionales (fruto de los viajes del autor) o algún curioso experimento a lo “elige tu propia aventura” como La Espantosa, Extraña, Terrorífica historieta de los Petisos Carambanales y Petisoperías (1989), pero cómics con argumentos tan flojos como Los Cerditos de Campodrón (1990) en donde parece primar la ambientación realista de la localidad leridana de Campodrón sobre cualquier otra cosa, indicaban que las aventuras del personaje (que a veces eran historias con escasa acción o aventura) no iban por buen camino. Decir además que en los 90 los cómics de Superlópez pasan de tener 64 páginas a contar con 48.



¿Boda de Superlópez y Luisa?

La galería de personajes de Superlópez experimentará  pocas incorporaciones aunque significativas: en Los Cerditos de Campodrón aparece por primera vez Chico Humitsec, un adolescente experto informático y al principio pelín alocado y conflictivo  que se convertirá en amigo y aliado de nuestro héroe en aventuras posteriores y en novio de Martha Hólmez, que cada vez va adquiriendo mayor entidad como personaje; en En el País de los Juegos… debuta un nuevo villano recurrente Refuller D´Abastos, corrupto primer ministro de Tontecarlo y peligroso capo de las sustancias prohibidas, las armas biológicas disparatadas y la tecnología maligna y delirante. En Un Camello…debutó otra malvada carismática, Lady Araña. En las páginas de los álbumes de esta etapa resurgen los villanos de La Semana Más Larga el Dr. Escariano Avieso y Al Trapone, quienes se aliarán con Refuller D´Abastos y Lady Araña en varias aventuras hasta la actualidad. Por lo demás. Los personajes existentes como dijimos evolucionan poco y se hacen cada vez menos originales y sorprendentes. Jaime se convierte a partir de Al centro de la Tierra en el mejor amigo de López/Superlópez dejando a un lado su rol de chivato indeseable chinchador de nuestro héroe. Por otra parte, los números 26 (1995) y 29 (1996) de la serie Superlópez estaban dedicados a dos nuevos personajes, los Gemelos Superlópez (Jolín y Jolina supuestos hijos ilegítimos de Superlópez) sin que el propio superhéroe ni el resto de personajes habituales apareciesen: estas dos aventuras estaban dedicadas a un público más infantil y en el se trataban de inculcar de inculcar valores morales y ecológicos, pero ambos álbumes obtuvieron el mismo escaso éxito que el resto de la serie en aquellos años. En 1998 el número 33 de la colección de las aventuras de Superlópez fue un álbum especial con motivo del 25 aniversario de la creación del personaje, en donde además de un par de nuevas historietas de  autohomenaje se incluye material “raro” como la primera historieta con guión de Efepé de 1975, las viñetas y la “entrevista” al héroe de de la colección “Oye Mira”  de 1981 o planchas de escasas páginas publicadas en revistas de Bruguera a efectos promocionales. Ya en 1989 se publicó también El Génesis de Superlópez, un número recopilatorio que recogía las tiras del libro editado por Euredit en 1973 e historietas de Bruguera del periodo 1974-1975 con guiones de Efepé, Conti y otros.               





Últimos vuelos (1999-2013)





Tras cumplir Superlópez 25 años, nuestro particular hombre de acero barcelonés continúa su caída libre en los 2000 y 2010: álbumes mediocres y con dibujo menos elaborado que en los 80 y primeros 90 (en parte por la cada vez mas avanzada edad de Jan), historias cada vez más sosas y mas pretenciosamente serias con absurda moralina, humor descafeinado…por no hablar de las paupérrimas ventas de sus álbumes, cada vez más de interés exclusivos de coleccionistas y fans eternos del personaje que en su mayoría superan los cuarenta tacos. En 2002, Ediciones B - con una actividad de edición de cómics ya residual- pasa a editar los álbumes del personaje en una nueva colección, Fans, dirigida a un público adulto (en definitiva, el público de los cómics en la actualidad), reeditando además allí los números antiguos. Desde 2010 la serie se edita en la colección Magos del Humor junto con comics de históricos de la casa como Mortadelo y Filemón y compartiendo numeración. La nueva etapa, sin embargo, empieza en Olé con Otra Vez Lady Araña (1999) y hasta 2013 el ritmo de producción ha seguido siendo de dos álbumes por año y a pesar de que el público del héroe es muy reducido…pero fiel. El ya septagnario Jan mantiene con vida a Superlópez tal vez por que su culto aún no ha decrecido (los admiradores del personaje le siguen amando aunque reconocen que sus mejores cómics son los de los 80) y de vez en cuando las nuevas generaciones descubren con entusiasmo sus aventuras. Muy solicitado en salones, festivales y jornadas del cómic en los últimos años (en 2002 recibió el Gran premio del Salón del Cómic de Barcelona) y activo en buena parte de los 90 y 2000 con otros personaje y series en B y en otras editoriales, el viejo Jan se mantiene fiel a su más lograda criatura con títulos en donde se acentúa la parodia de la actualidad y un tono crítico y adulto que sin embargo sigue situando al personaje en una tierra de nadie temática (¿sátira?, ¿parodia?, ¿acción?) que de nada favorece en la recuperación del interés por el personaje en incluso seguidores de los primeros álbumes.




No se puede decir que en los últimos 15 años haya habido ningún álbum de Superlópez digno no ya solo de alabanzas sino de interés. Ahora, el superhéroe paródico se ve envuelto en historias relacionadas con Internet, las hipotecas, el abuso del consumo de teléfonos móviles, el botellón, la crisis, en un intento de poner al día al personaje. Jan hace ahora uso de las nuevas tecnologías para el coloreado de sus álbumes, pero el dibujo es ya más sencillo y menos atractivo, sin el encanto de aquellas delirantes ilustraciones que parecían salirse de sus viñetas redondeadas y aquellos gestos y rasgos histriónicos de sus personajes con los textos de los bocadillos escritos a mano. Si bien es cierto que el dibujante y guionista se esfuerza por hacer evolucionar a sus personajes (Superlópez luce sienes canosas, Martha y Chico pasan de ser adolescentes irresponsables a ser un matrimonio de adultos con una niña, Judit), no se aprecia mucho cambio en sus motivaciones y comportamiento, así como las aventuras del personaje siguen siendo más de los mismo. Los Recortaplanetas (2013) y Otra vez el Supergrupo (2013) este con guión de Francisco Perez Navarro “Efepé” más de 30 años después y en donde se recupera al mítico Supergrupo en una operación de revivalismo mitómano fácil, son los últimos álbumes de Superlópez hasta la fecha y coincidiendo con el 40 aniversario de la creación del personaje.   





El futuro





Como Jan asegura, su imaginación no se ha acabado todavía y la continuidad de Superlópez depende de sus lectores. Dado el ritmo de trabajo del dibujante de 74 años y su intención de seguir viviendo de el durante un tiempo, parece posible tener a Superlópez, uno de los mas brillantes personajes humorísticos de la historia del cómic español, al menos unos cuantos años más. Continua siendo uno de los personajes del noveno arte en España más queridos y conocidos, y sus álbumes más famosos y de mayor calidad (La Caja de Pandora, Los Cabecicubos, La Semana Más Larga) son cómics de culto para críticos, entendidos, coleccionistas y aficionados de la historieta en España. Los intentos por llevar al personaje a la gran pantalla en la década de 2000 han sido varios pero infructuosos pese a algún proyecto serio y las campañas de sus fans por que esto ocurra, proponiendo incluso reparto para los diferentes personajes. El propio Jan siempre se ha mostrado escéptico y exigente ante cualquier adaptación a la pantalla (grande o pequeña) de su creación, sea en imagen real o animación. Hoy por hoy solo se ha realizado un cortometraje de animación por ordenador sobre el personaje Superlópez y el Robot de Bolsillo (2003) dirigido por Enrique Gato, creador de Tadeo Jones, un personaje del que Jan ha dibujado adaptaciones al cómic de sus aventuras animadas. En 2013 se anuncia por fin el rodaje de una adaptación al cine de Superlópez, que será dirigida por Alex de la Iglesia con José Mota como Superlópez. Buenas noticias.    



Un personaje fundamental para entender el cómic de humor en España. Es un pájaro, es un avión…es Superlópez, una maravillosa historieta que logró fusionar el humor costumbrista ibérico, el surrealismo, la parodia de diferentes medios (el cine, la literatura, el cómic, las leyendas populares), la sátira, la crítica social, la fantasía y la aventura con una parodia de Superman como engañoso trasfondo y creando un humor intergeneracional, ingenioso, ácido y de regusto universal. Una joya que cumple 40 años que merecen ser celebrados por todos los que un día disfrutamos de sus delirantes aventuras. ¡Feliz cumpleaños, Superlópez!






domingo, junio 30, 2013

El Aparatoto Lumiere EL HOMBRE DE ACERO (THE MAN OF STEEL)




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Una ocasión desaprovechada. Si el fin era hacer resurgir para el cine a un personaje mítico como Superman con una película (a la que se supone seguirán otras más) que debía de ser un referente para una nueva generación como ya la fue la saga de los 70 y 80 encabezada por la ya clásica Superman The Movie de Richard Donner, se ha fracasado. Esta The Man of Steel con un presupuesto generoso, efectos especiales de la última generación y la dirección de un interesante adaptador del cómic a la pantalla como Zack Synder (300, Watchmen) pretende ser un reboot como dios manda de la franquicia cuyos derechos cinematográficos posee desde los 70 Warner Bros, tras la fallida experiencia de Superman Returns (2005) con la historia de nuevo contada desde el comienzo (el origen de Superman) y aparentemente con una intencionalidad mucho mas ambiciosa que el filme de los 2000 sobre el más famoso superhéroe pero la cosa se queda en agua de borrajas. En realidad, el filme parece haber sido concebido y filmado como la magna (y definitiva) respuesta de la editorial DC Comics a las continuas producciones sobre los superhéroes de la otra gran compañía creadora de superdotados en mallas, Marvel, con su personaje estrella por bandera y lo cierto es que en no pocos momentos The Man of Steel  parece una copia estética e incluso argumental de las adaptaciones marvelianas. Con un muy mal trabajado equilibrio entre el drama humano psicológico (la difícil asunción del propio héroe sobre su identidad y su destino) y el espectáculo épico, al final la película pese a algunas virtudes termina siendo un pastiche poco convincente y demasiado histriónico.

Pese a que se nota un montón que la película ha tomado como modelo el entre naïf y épico espíritu del Superman de Donner de 1978, en realidad todo se queda en un simple homenaje pese a los esfuerzos  por desarrollar una historia con estilo propio y personalidad. En ese sentido, lo mejor de la película esta en su media hora inicial ambientada en el planeta Krypton y en los primeros años del héroe en Smallville (otra feliz coincidencia con aquella exitosa versión): en el primer escenario concretamente asistimos a los mejores momentos de la película con un imponente Krypton con una estética entre el Dune de David Lynch y el universo de fantasía épica de Robert Howard y un muy convincente Russel Crowe como Jor-El, el padre de Kal-El / Superman, mientras que poco después asistimos a la infancia y adolescencia de Clark Kent (completada luego mediante flashbacks) con un tono más sombrío y realista que melodramático y unos competentes  Kevin Costner y Diane Lane como los Kent. Tras la también acertada reinterpretación del paso de Clark a Superman (tal vez sobrecargada de juegos de guión innecesarios) la película comienza a caer en picado desde que hace acto de aparición para confrontarse con el héroe el villano General Zod (Michael Shannon) y es entonces cuando el guión avanza como una exhalación dejando multitud de agujeros  a su paso, a Henry Cavill (el primer Superman británico de la historia) se le ve perdido en no pocas ocasiones y una oleada de combates, luchas, explosiones, desastres y desmanes varios convierten el filme en poco más que un videojuego de matar y darse de leches.

La sensación final es de un mal megamix de los clásicos Superman y Superman II con una visión pretendidamente contemporánea, un improcedente escoramiento hacia el cine de catástrofes y un exceso de pretensiones. Desde luego no es el mejor comienzo para una nueva saga y la verdad es que la siguiente entrega tendrá que mejorar en muchas cosas -trazar mejor la relación entre Lois Lane (Amy Adams) y Superman, por ejemplo- y aunque Henry Cavill no sea una mala opción del todo para encarnar a uno de los más míticos personajes de ficción del siglo XX. Mucho ruido y pocas nueces para lo que es en realidad una simple película de verano.