martes, diciembre 10, 2013

El Aparatito Lumiere LA GRAN BELLEZA (LA GRANDE BELLEZZA)




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Fabricar una obra maestra con diversos materiales muy heterogéneos entre sí y algunos de difícil trabajo es un esfuerzo muy arduo y totalmente meritorio y esto es lo que ha hecho uno de los mejores cineastas italianos vivos, Paolo Sorrentino: un director que se doctora con su sexto filme, una película sorprendente, diferente y que pese a parecer contener bastantes significados ocultos y explícitos tiene un mensaje bien claro aunque eso sí con infinidad de matices. Y ese mensaje no es otro de que todo se va en esta vida: las cosas, las personas, los ideales, las convicciones, las relaciones, la riqueza, la belleza y en definitiva todo lo amado y por mucho que uno viva todo esto con intensidad e incluso convierta su vida en una fortaleza para defender todo aquello que quiere y en lo que cree. Roma, la ciudad eterna, es la metáfora principal en esta historia como una capital decadente con varios estratos históricos de podredumbre física, moral, social y espiritual en donde el protagonista Jep Gambardella interpretado magistralmente por el gran Toni Servillo, actor fetiche de Sorrentino, trata de encarar su madurez en un entorno en donde todo es ya un esperpento sin aparente posibilidad de solución, aunque siempre quedará la voluntad propia tratar de ver las cosas de otra manera y encontrara elementos de esperanza en lo más insospechado. A sus 65 años recién cumplidos, Jep, un veterano periodista  que en su juventud escribió una única y exitosa novela, va viendo como todo aquello que siempre estuvo en su vida y en lo que el creyó es ahora una patochada con la que no sabe como actuar, un mundo de hedonismo barato, personas al límite de la manera más ridícula, antiguos amores fallecidos cuyo apasionado recuerdo regresa inesperadamente, ricos decadentes, nobles venidos a menos, antiguos amigos reconvertidos en su propia caricatura, maduros que quieren comportarse como eternos jóvenes y todo con el testigo de una los vestigios de una antigua Roma gloriosa de palacios renacentistas y restos de la época romana bien conservados pero inevitablemente ajados.



Sorrentino mira descaradamente al Fellini mas iconoclasta para componer este más que sugerente y estimulante fresco de comedia-drama con marcadas connotaciones poéticas y trufado de una extraña mezcla de caricatura y realismo mágico con un desfile de personajes a cada cual más curioso y rico en elementos. Siguiendo la estela del mítico creador de La Dolce Vita, Sorrentino no duda en convertir a su peculiar antihéroe Jeb en un personaje que no desentona en absoluto con muchos que interpreto Marcelo Mastroianni para Fellini y en ese sentido el actor Toni Servillo se desenvuelve con enorme fuerza en ese registro Mastroianniano de un maduro galán en un entorno afectado y maldito. Hecha con sensibilidad y también con mala uva y repleta de imágenes espectaculares y memorables así como de diálogos más que interesantes, La Grande Bellezza es una de las más agradables sorpresas del año y una delicatessen para cinéfilos que no defraudará a quienes quieran ver un espectáculo diferente y estimulante.    

domingo, diciembre 08, 2013

NELSON MANDELA (1918-2013) IN MEMORIAM


Un símbolo de nuestro tiempo y todo un ejemplo de lucha. Descanse en paz