jueves, diciembre 26, 2013

El Aparatito Lumiere DOCE AÑOS DE ESCLAVITUD (TWELVE YEARS AS A SLAVE)




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Es una buena señal que los grandes estudios hollywoodienses apuesten por películas tan honestas, sugerentes, realistas y sin artificios como esta adaptación de un best seller biográfico de 1854 que contaba las vicisitudes de Salomon Northup, un ciudadano negro libre de Nueva York que en 1841 fue engañado y secuestrado en Washington para ser vendido como esclavo en el sur esclavista de Estados Unidos en la época anterior a la abolición. Un relato estremecedor y cruel que además de retratar una dolorosa etapa en la historia de Estados Unidos muestra la desgarradora realidad de los esclavos afroamericanos del siglo XIX, forzados, humillados y tratados como mercancía en un país que aspiraba a ser el más avanzado del mundo. Aunque el esclavismo norteamericano se ha tratado en innumerables veces en el cine, este filme nace expresamente con vocación de ser la película definitiva sobre la esclavitud en EEUU y con la duda que lo haya conseguido o no desde luego el resultado cinematográfico es más que excelente con un filme realista y muy descriptivo que fusionando el drama psicológico, el intimismo y la crónica biográfica no deja indiferente al espectador. Un drama puro y duro trufado de momentos duros y en el que es clave el excelente trabajo que hace Chiwetel Ejiofor como Northup para conseguir que el espectador se identifique con el personaje y viva en carne viva su injusto y desesperante drama personal. Tanto en los momentos dialogados como el los silencios, Ejifour logra una interpretación memorable en la piel de un hombre al límite en una situación infrahumano y que sin embargo a base de tesón y esperanza logra mantener su humanidad y su cordura durante doce años de injusto castigo.



Con una cuidada ambientación histórica y un ritmo narrativo correctamente adaptado a las circunstancias, Twelve years as a slave no tiene apenas concesiones al melodrama o al efectismo dramático ya que trata de contar una historia como se supone que fue. El director afrobritánico Steve McQueen (nada que ver con el mítico actor norteamericano del mismo nombre), un personaje realmente polifacético, ha firmado un gran filme que entre la crónica y la denuncia histórica resulta toda una experiencia cinéfila y humana. Coproducida por Brad Pitt, que también interviene en el reparto como un abolicionista canadiense, la película cuenta con unos intérpretes eficaces combinando algunos rostros semidesconocidos (Lupita Nyong’o, Liza J. Bennet, Sarah Paulson) con estrellas de diferente calado (Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Alfre Woodard, Paul Dano, el propio Pitt) en una epopeya humana cuya crudeza en algunas escenas puede que no sea del gusto de todos los públicos. Opción más que recomendable.      
 

miércoles, diciembre 25, 2013

DE LOS CILINDROS DE CERA AL COMPACT DISC (I)




Diferentes formas de oír sonidos grabados a lo largo de la historia. Han pasado casi 150 años desde que Edison inventase el fonógrafo, un artilugio gracias al cual ahora podemos escuchar Compact Discs e Ipods. Esta es una breve historia de los soportes de sonido grabado que la humanidad ha podido disfrutar.   


Fonoautógrafo y fonoautogramas (1857-1860)- antecedentes remotos

Antes de la creación del fonógrafo en 1877 hubo otros intentos de crear aparatos que grabasen sonidos y además los reprodujesen. En 1857 el impresor francés Léon Scott creó el fonoautógrafo un artilugio que grababa y representaba gráficamente las ondas de sonido en hojas de papel mediante un diafragma vibrante. Estos gráficos de ondas, llamados fonoautogramas, lógicamente no podían reproducir sonido alguno pero ya en el siglo XXI se ha conseguido extraer de ellos sonidos escaneándolos digitalmente. Sin saberlo, Scott consiguió con los fonoautogramas el primer formato reproductor de sonidos grabados de la historia, pero aún tendrían que pasar más de 15 años para el surgimiento de los cilindros de cera y el fonógrafo    


Cilindros fonográficos y fonógrafo (1877-1929)- año 0


Con el fonógrafo nace oficialmente el sonido grabado. Fue en el 18 de julio de 1877 cuando el genial Thomas Alva Edison (1847-1931) consiguió grabar la canción infantil por el tarareada Mary had a little lamb en un cilindro de cartón envuelto en papel de estaño situado en una caja de madera. Edison presentó sus inventos a finales de 1877 y patentó el gramófono en febrero de 1878, pero la cosa estaba aún muy verde para poder comercializarse. A mediados de la década de 1880, Edison inventó los cilindros de cera como medio para grabar y reproducir sonidos en los fonógrafos y tras muchas pruebas en 1888 comercializó el gramófono y un año mas tarde los cilindros de cera. Se trataba de cilindros macizos de 10 cm. de largo y 5 cm. de diámetro hechos de este material en los cuales se podía grabar sonido en los surcos que había en el exterior de los mismos, al tiempo que el sonido grabado se podía reproducir en el fonógrafo. Los primeros cilindros que se comercializaron contenían ya música o canciones pregrabadas por las primeras  compañías fonográficas (Edison Records, American Gramophone, Columbia Phonograph) usando el rudimentario proceso de grabación en un fonógrafo directamente a cilindros. Años más tarde se comenzó a copiar mecánicamente los cilindros y en 1902 se comenzó a usar un cilindro master para efectuar cientos de copias de una misma grabación. Primero se utilizó la parafina para la fabricación de estos cilindros pero a partir de 1890 los cilindros fonográficos estaban fabricados de cera de carnauba. Estos soportes se colocaban en un mandril en el interior del fonógrafo y allí eran reproducidos. Los primeros cilindros solo podían ser reproducidos unas 20 veces ya que se iban desgastando, pero también existía la posibilidad de que el consumidor “borrase” la grabación mediante un mecanismo en el fonógrafo que dejaba el cilindro liso y así poder hacer él sus propias grabaciones desde el mismo fonógrafo.  Los primeros cilindros de cera solo podían albergar 2 minutos de grabaciones. 

A partir de comienzos del siglo se mejoró la idea del cilindro de cera y comenzaron a fabricarse cilindros de cera mas dura que podían ser reproducidos más de cien veces. La comercialización de los cilindros se hacía en tubos de cartón en los que solo tardíamente comenzó a aparecer el tema y el artista que lo interpretaba, así como también comenzó a figurar información sobre la grabación impresa en el propio cilindro a partir de los años 10.  Los cilindros desde finales del siglo XIX tuvieron que competir con los primitivos discos de gramófono, con la ventaja de que el sonido grabado en los cilindros era mejor que el de los primitivos discos y que estos permitían grabar, cosa que no se podía hacer en los discos. Ya en los comienzos del siglo XX, nuevos materiales se introdujeron en la comercialización de los cilindros fonográficos como el celuloide (1900) que daba como resultado cilindros irrompibles. Los nuevos cilindros indestructibles llamados cilindros Lambert eran negros o azules en contraste con los cilindros de cera marrones y pese a que no podían ser regrabados ofrecían una reproducción por primera vez permanente. En 1909 se lanzaron cilindros de cera más dura con una duración de cuatro minutos. A partir de la I Guerra Mundial, los discos de gramófono, comenzaron a ser fabricados en mayor medida que los cilindros por compañías como Edison, que hasta entonces solo había fabricado cilindros mientras que Columbia decidió dedicarse exclusivamente a al fabricación de discos, más baratos de producir a pesar de su sonido más deficiente. En 1929 Edison Records deja de comercializar definitivamente los cilindros y el fonógrafo y el soporte reproductor desaparece.


Dictáfono de cilindros (1881-1945)

Paralelamente al fonógrafo, hasta la II Guerra mundial se fabricaron los dictáfonos de cilindros, el antecedente directo al magnetófono, un aparato en el que se podía grabar la voz humana muy cómodamente en cilindros. El dictáfono fue creado en 1881 por los laboratorios Volta (fundados por Alexander Graham Bell) usando al invención del cilindro por Edison. Aunque en 1929 se produjo la la desaparición de los cilindros de cera y celuloide, el dictáfono de cilindros siguió empleándose hasta la II Guerra Mundial como método profesional-popular de grabación de voz. Las grabaciones por cable y magnéticas propiciaron su desaparición.        


Discos Berliner y gramófono (1889-1894)


En 1889 Emile Berliner, inventor norteamericano de origen alemán, creó los discos de grabación, que podían ser reproducidos en un nuevo aparato de su creación llamado gramófono, el primer tocadiscos propiamente dicho de la historia. Berliner solo pudo mantener durante cinco años sus primitivos discos, más pequeños que los singles de vinilo del siglo XX  (13 cm) y únicamente reproducibles de manera mecánica al girar la manivela del primitivo gramófono. Los discos Berliner y el primer prototipo de gramófono no llegaron a comercializarse normalizadamente y solo eran exhibidos en ferias y exposiciones como curiosidad o publicados como juguetes. A partir de 1894, Berliner junto con Eldridge R. Johnson comenzaron a desarrollar nuevas formas de reproducción de sonido grabado basadas en el disco. Ese año ambos hombres crean la Victor Talking Machine Company, fundamental para el desarrollo de la música grabada.




Disco de gramófono 78 rpm (1895-1947)


En 1894 la Victor comienza a comercializar discos de grabación como formato alternativo a los cilindros, con grabaciones en las dos caras del disco. Los primeros discos Berliner estaban fabricados de diferentes tipos de resina y de goma, pero a partir de 1894 se impone la resina de shellac como material estándar hasta 1947 aunque también se emplearon otros materiales episódicamente como el celuloide, plástico flexible o Durium. Los primeros discos fabricados por Berliner tenían tamaños variados y giraban a cantidades de revoluciones por minuto también variadas, pero a partir de 1894 los discos comercializables se estandarizan en 17,5 cm. de diámetro con un tema en cada una de las dos caras reversibles del disco, siendo este el formato más popular durante años. En 1903 se lanzan los primeros discos de 12 pulgadas o 30,5 cm. (el actual formato álbum) para música clásica, ópera, diálogos cómicos o música popular. A partir de 1910 se publicaron discos de 25,5 cm. que con el paso del tiempo se convirtieron en el formato más popular en los primeros años del disco de gramófono. Aunque al principio los temas de los discos solo podían durar 2 minutos como máximo los discos de 25 cm podían ofrecer hasta tres minutos y medio de duración por cara y los de 30 más de cuatro. A partir de 1925 los discos de gramófono tendrán de modo universal 78 rpm.

La introducción de la grabación eléctrica en los años 20 permitió mejorar la calidad sonora de los discos de 78 y se logró superar el pobre sonido de la anterior grabación acústica de este formato, además de la de los cilindros. Nuevos tipos de gramófonos reproductores comenzaron a comercializarse para reproducir lo mejor posible el nuevo sonido como la Victor Ortophinic Victrola o ortofónica (acústica pero para discos grabados eléctricamente) y la electrola (eléctrica). Debido a las limitaciones de duración, los discos de gramófono de 78 muchas veces tenían que dividir temas en las dos caras (solo cabía un tema por cara independientemente del tamaño del disco) generalmente en los casos de música popular o lanzar obras de música clásica y ópera en colecciones de varios discos que hacían dividir la obra en varias partes.


Grabación por cable (1898-1954)

Además de los formatos reproductores, se comenzaron a comercializar en el siglo XX métodos de grabación que permitían reproducir inmediatamente lo grabado, como el dictáfono, pero fue la grabadora por cable el primer modo de grabación magnética que se creó y que en cierto modo revolucionó la reproducción del sonido grabado ya que dio paso definitivo al magnetófono que consiguió popularizar la grabación de sonido casera hasta extremos insospechados. Aunque la primera grabación por cable se consiguió en 1898 para grabar conversaciones telefónicas no fue hasta 1946 cuando este método de grabación rápida se consolidó ya que hasta entonces el dictáfono de cilindros había sido el aparato más extendido para este cometido. Hasta 1954, las grabadoras magnéticas por cable se emplearon para uso profesional y para grabaciones caseras, modalidad en la cual derrotaron a las efímeras grabadoras de discos, ya que permitían grabaciones de larga duración en contraste con los escasos minutos de las otras grabadoras además de ofrecer una gran fidelidad en el sonido.        


Magnetófono y cinta magnética primitiva (1935-1979)


El magnetófono convivió durante algunos años con el dictáfono de cilindros y la grabadora por cable como método para grabar y reproducir pero a partir de los años 50 del siglo XX se fue imponiendo como el método de grabación profesional y casera mas extendido. La cinta magnética, creada en 1928 además se convertiría en un soporte de sonido grabado muy extendido a finales del siglo XX, pero vayamos por partes. La cinta magnética fue creada en 1928 en Alemania por Fritz Pfleumer añadiendo óxido férrico a un pedazo de papel, algo que permitía la grabación magnética de sonido. Las empresas BASF y AEG mas tarde fabricaron las primeras grabadoras y cintas magnéticas pero todos estos avances se mantuvieron en secreto por el régimen nazi alemán hasta el final de la II Guerra Mundial. Las tropas aliadas dieron cuenta de esta tecnología en los últimos compases de la guerra y desde finales de los años 40 el magnetofón con sus bobinas de cinta y la cinta magnética se extendieron internacionalmente. Los primeros usos de las grabaciones magnetofónicas tras la II Guerra Mundial fueron el Hollywood para grabar sonido y en la radio estadounidense para grabar música “enlatada” con el cantante Bing Crosby como principal defensor y valedor del nuevo invento. A partir de los 50 los magnetófonos se introdujeron en los hogares de todo el mundo para grabaciones caseras desplazando a la grabación por cable, al tiempo que el uso de la cinta magnetofónica en la radio comenzó a hacerse muy extendido para reproducir actuaciones pregrabadas o jingles publicitarios.

En 1949 se crearon las primeras cintas magnetofónicas pregrabadas (susceptibles de ser reproducidas en magnetófonos) con grabaciones musicales, pero apenas tuvieron éxito al comercializarse principalmente por lo aparatoso que resultaba el transporte y manejo de las bobinas de cinta además de ser mas caras que un álbum de vinilo. La introducción a finales de los 50 y principios de los 60 de otros formatos de audio inspirados en la cinta magnetofónica  como el cassette compacto o los cartuchos hizo languidecer las bobinas magnetofónicas pregrabadas a lo largo de los 60, desapareciendo prácticamente en la década de los 70. El magnetófono, por su parte, continuó fabricándose con regularidad hasta 1979, pero una vez más la cinta compacta de cassette terminó firmando el acta de defunción del formato de grabación-reproducción         


CONTINUARÁ

martes, diciembre 24, 2013