jueves, agosto 21, 2014

El Aparatito Lumiere BEGIN AGAIN / CHEF



BEGIN AGAIN



***  y 1/2

En 2006 el director irlandés John Carney sorprendió gratamente con Once, pequeña obra maestra que a medio camino entre la ficción y el documental reinventaba el cine musical con una historia de amor sin desarrollo convencional pero muy sugerente gracias al empleo de las canciones como medio de expresión de los personajes y como mecanismo para narrar la historia. Aunque este curioso y hábil director independiente no ha podido disfrutar desde entonces de una carrera exitosa tal y como se le había aventurado, parece que con Begin Again, la primera aventura americana de Carney, se ha roto el maleficio. Heredando claramente la fórmula de Once en cuanto a hacer un filme musical alternativo en donde la música cumple un papel totalmente protagonista pero alejándose del drama social verista de aquella y adentrándose en terrenos de la comedia romántica de corte Indie, Begin Again resulta un filme sugestivo, exuberante y muy interesante de seguir gracias a su tono de fábula moral (que no moralina) que atesora momentos de enorme intensidad emocional combinada con distensión de comedia, apuntes naturalistas, crítica a la industria musical y el espectáculo y un mensaje de esperanza y de superación personal tal vez un poco manido pero honesto y efectivo.

El trasfondo amargo de los dos protagonistas, que a trancas y barrancas tratan de acabar con sus tribulaciones emocionales, amorosas y humanas por medio de la música logra un efecto dramático muy efectivo que logra pronto la complicidad del espectador y en ese sentido los elementos de comedia no hacen sino potenciar lo poderoso de una historia que envuelve hasta el final del metraje, aunque eso sí no siempre con misma intensidad. El personaje de Dan, un productor discográfico en horas bajas profesionales y personales que encuentra su tabla de salvación en una joven cantante y compositora a la que se propone apadrinar pese a las dificultades, es el verdadero catalizador de la trama y la eficiente y desgarrada interpretación de Mark Ruffalo consigue trasmitir ese caos de sentimientos que es el personaje, un ser en busca desesperada de la redención. Keira Knightley por su parte está sublime (y encantadora) como el otro vértice de la historia, Greta, una joven británica perdida en Nueva York tras romper con su pareja, un cantante de éxito con el que componía varias de las canciones de este que opta por mandar al cuerno la relación tras haber alcanzado la gloria en el show bussiness.  Con la música como vía de expresión en los casos tanto de Dan como de Greta y desde diferentes ángulos de visión- el desde el mecenazgo y asesoramiento artístico a su admirado pigmalión, ella desde el deseo de expresarse mediante la música en medio de un mundo que le ha defraudado- los dos personajes lucharán por conseguir su ideal, materializado por el objetivo de Greta de grabar un disco y siempre con enormes dificultades superadas con imaginación y espíritu de sacrificio. Y en todo momento, estupendas canciones originales de pop rock de autor compuestas en realidad por Simon Carmondy (New Radicals) e interpretadas por la propia Knightley- todo un hallazgo musical- en su mayoría y por Adam Levine, cantante de Maroon Five que interpreta a Steve, el esquivo novio músico de Greta. Begin Again no es una obra maestra, pero es un filme que demuestra que la música y el cine son dos lenguajes que cuando se combinan sabiamente y sin el piloto automático del cine musical convencional pueden producir pequeñas maravillas.  

 


CHEF


 
**

Bienintencionado pero fallido ejercicio de comedia de personajes con trasfondo temático -en este caso, el mundo de la gastronomía y los restaurantes- que bajo una engañosa etiqueta de cine independiente esconde una clara orientación mainstream hollywoodiense con desfile de estrellas en el reparto incluido. El actor y realizador Jon Favreau (saga Iron Man, Cowboys and Aliens) abandona el cine-espectáculo de efectos especiales para volver a sus inicios con películas como Made (2001) pero se nota un desmedido afán por hacer una película mas o menos taquillera y por agradar con un producto aséptico para grandes audiencias disfrazado de cierta incorrección política y echando mano de referencias contemporáneas en boga como las redes sociales de internet y toda la cultura de la información viral masiva generada alrededor de ellas. Ese este último aspecto, pese a ser tratado algo tópicamente, el que resulta más sugerente de entre todo el conglomerado de un filme que no logra convencer con una típica historia de caída y ascenso bastante poco original y con un sentido del humor generalmente ramplón y soso.

Jon Favreau interpreta Carl Casper, el prestigioso chef de un no menos prestigioso restaurante neoyorkino extremadamente receloso de su trabajo y con una situación familiar mejorable que tras un incidente con un crítico de restaurantes captado por un móvil y colgado en internet abandona su puesto y decide montar en Florida un negocio itinerante de comida rápida en una furgoneta que resulta inesperadamente exitoso. Con contados momentos en donde se impone la lucidez dentro del campo de la comedia con tintes dramáticos (la relación paternofilial del protagonista con su hijo se antoja repetitiva y pedante), la película avanza a trompicones al principio, se detiene en nimiedades y farragosidades narrativas en la segunda parte para al final ofrecer una historia sin espíritu ni chicha eso si dignificada por inteprtetaciones de buen nivel empezando por el propio Favreau, tal vez demasiado omnipresente delante de la cámara. En el largo reparto nos encontramos- a veces en papeles anecdóticos- a gente como Dustin Hoffman, John Leguizamo, Robert Downey Jr., Scarlett Johansson o Sofia Vergara, que interpreta a la ex del protagonista, sin que ninguno logre aportar ningún momento estimulante en un filme mas bien olvidable.