martes, diciembre 02, 2014

El Aparatito Lumiere FUEGO




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Poco a poco el tema del terrorismo de ETA se va haciendo un hueco en el séptimo arte tras cesar la banda hace algunos años su cruenta actividad criminal y tras unos tímidos intentos de abordar el tema desde la década de los ochenta. Obviamente, al no ser este ya un tema de actualidad existen únicamente dos opciones a la hora de aproximarse a él hoy día: narrar historias situadas en el pasado o contar las consecuencias a diferentes niveles de aquellos funestos años. Esta segunda opción es la que ha escogido el guionista y director bilbaíno Luís Marías para su segundo largometraje como realizador, un thriller psicológico irregular pero sugerente basado en una historia de odio y venganza que se escora más hacia la disertación sobre ese sentimiento universal y sus consecuencias que por el apunte sociopolítica, omnipresente como fácil puede deducirse por la premisa de la historia pero con una función de mero contexto. El resultado es un filme más que interesante y muy bien narrado, aunque su parquedad descriptiva y la escasez de personajes puedan no convencer a una parte del público, así como el drama puramente psicológico del protagonista  se antoje a veces como mejorable en su expresión.

 Fuego es un filme que bebe tanto del thriller tradicional como del western y la serie negra, en donde hay un antihéroe que desde el principio ya anuncia sus nada loables propósitos. Carlos (José Coronado) un policía retirado que cuando estuvo destinado en Bilbao a principios de los 2000 perdió a su mujer en un atentado con coche bomba destinado a él en el que su hija -entonces una niña-  perdió las dos piernas, decide casi quince años después viajar a Lekeitio para asesinar a la esposa del miembro de ETA encarcelado que mató a su mujer y mutilar al hijo de estos (al igual que le hicieron a su hija) en un salvaje ojo por ojo en el que el ex policía se liberará de cualquier atadura moral en su total sentimiento de odio. Pero una vez allí y tras establecer un falso y significativo pretexto para justificar su estancia en el pueblo y su contacto con Ohiana (Leire Berrocal), la esposa del etarra, verá que las cosas no son tan fáciles como parecían y que entre el odio y el amor y el bien y el mal puede haber toda una maraña de situaciones, creencias y sentimientos y muchas veces se pueden dar paradojas. Las extrañas relaciones de Carlos con Aritz (Gorka Zufiaurre) el hijo con Síndrome de Down de Ohiana, y con su propia hija Alba (Aida Folch), un ser huraño y frágil totalmente condicionado por las consecuencias de aquel fatídico día, son las muestras más palpables de los vaivenes del drama moral del protagonista, un hombre que desea en convertirse en asesino para según el hacer justicia. José Coronado, un actor excesiva y definitivamente encasillado en roles de policía con ambigüedad moral, estructura con su buen hacer todo el poder narrativo de la película y aunque a su personaje le falten algunos matices. El guión de Marías, sólido y efectivo aunque escueto y con personajes y situaciones plasmados de manera un tanto forzada y tópica (la hija tullida y su relación con su cuidador) suscita en todo momento el interés y la atención del espectador gracias a subtramas efectivas pese a su aparente escasa trascendencia (el pasado de infidelidad conyugal del protagonista) y a ello ayudan unas estupendas interpretaciones con una Leire Berrocal que realiza un excelente regreso tras haber estado unos años retirada prematuramente, una Aida Folch brillante y con muchos matices y un Gorka Zufiaurre que bien podría optar al Goya al mejor actor revelación y que pone en relieve que las deficiencias no deben ser un impedimento para llegar a ser un buen profesional. Un buen thriller-drama humanista con combinación de momentos crudos con otros más reflexivos que puede suponer un buen patrón temático y estilístico para futuros filmes sobre el tema.