lunes, abril 27, 2015

El Aparatito Lumiere EL ÚLTIMO LOBO (LE DERNIER LOUP, 狼图腾)




 
*** y 1/2

Una buena noticia el que en las pantallas se encuentren películas como esta, una obra para todos los públicos, con un mensaje universal y con un acabado de forma y fondo más que de recibo. El francés Jean Jaques Annaud, fiel a su status autocreado de director internacional dispuesto a rodar producciones de cualquier país (aunque la mayor parte coproducciones con Francia), en cualquier territorio y en cualquier idioma y siempre abarcando temas que superan los límites culturales, históricos, geográficos y sociales dirige de nuevo su mirada a oriente tal como lo hizo (aunque de un modo bastante diferente) en El Amante (1991) y Siete Años en el Tibet (1997) fijando su atención en una más que atractiva y sugerente historia real descrita en la novela autobiográfica de Lü Jiamin Tótem Lobo (2004), uno de los libros más leídos en China. Un relato de amor a la libertad y la naturaleza tomando como punto de partida la difícil relación del hombre con los animales y con el ecosistema que venía como anillo al dedo al director de películas como El Oso (1988) y Dos Hermanos (2004) que junto con este filme viene a completar una suerte de trilogía sobre historias centradas en mamíferos carnívoros salvajes con un trasfondo ecológico y de amor al reino animal. Si en las dos películas anteriores mencionadas fueron los osos y los tigres respectivamente los protagonistas, en esta ocasión el turno es para el lobo, un mamífero con connotaciones míticas de representación del mal en diferentes culturas (especialmente en la antigüedad y en el mundo rural) pero cuyo mito negativo siempre ha terminado desmontándose. Esta coproducción franco-china, aunque tal vez algo lastrada por una historia un tanto esquemática e infantil por su trasfondo casi de fábula, constituye un nuevo acierto de Annaud, cuyos últimos filmes, artística y comercialmente, no estuvieron a la altura que se esperaba del realizador.  

Rodada en hermosos paisajes de las estepas de Mongolia, la historia nos traslada a la China de Mao en 1969 en donde dos jóvenes estudiantes de Pekín, Cheng Zen (Feng Shaofeng) y Yang Ke (Shawn Dou) son enviados por el gobierno de la República Popular a Mongolia (entonces perteneciente a China) para ayudar en los quehaceres a una familia de pastores mongoles al tiempo que tratan de enseñar a sus hijos, dentro del programa ideado por la China maoísta en los años 60. Allí los muchachos pronto se adaptarán a la forma de vida prácticamente primitiva y nómada de los mogoles y a sus curiosas costumbres y creencias religiosas. Cheng Zen esta fascinado además  los lobos de las estepas, que al mismo tiempo para los mongoles son unas alimañas ya que atacan a las ovejas y unos animales muy beneficiosos ya que hacen lo propio con las gacelas, devoradoras de la poca hierba que existe en la Estepa. Unas nuevas directrices del Gobierno chino sin embargo obligan a capturar y dar muerte a los lobeznos para provocar la extinción de los lobos con el fin de que no afecten al ganado, pero Cheng Zen desafía el mandato adoptando y criando el mismo un lobezno ante la oposición del clan de pastores mongoles y lleno de dudas y sentimientos contradictorios sobre cual debe de ser el destino de este animal y de todos los de su especie. Con preciosas imágenes servidas por la suntuosa fotografía de Jean-Marie Dreujeu captando en toda su plenitud los espectaculares escenarios naturales mongoles, una interesante partitura del gran James Horner, y una increíble puesta en escena casi documental con los lobos rodados en su medio natural, solitarios o en manadas y “actuando” perfectamente en difíciles escenas de persecuciones y estampidas (merece mencionarse la persecución con los jinetes)  muy bien coreografiadas y captadas, El Último Lobo es un filme honesto y espectacular que combinando la denuncia y el mensaje ecológico, el drama personal, el cine antropológico (algo ya muy habitual en el director) y por que no, el apunte histórico-político, consigue una historia metafórica y muy de cuento de hadas-fábula para mostrar como el ser humano tiene que aprender del reino animal en su lucha por la supervivencia, la libertad y la dignidad. Una buena opción especialmente para ir al cine con niños/as dado el valor pedagógico del filme.