sábado, junio 13, 2015

El Aparatito Lumiere NUESTRO ÚLTIMO VERANO EN ESCOCIA (WHAT WE DID ON OUR HOLIDAY)




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Sin ser ninguna obra maestra la verdad es que cumple y con creces esta curiosa comedia británica de tintes negros que con premeditadamente engañoso disfraz de película infantil – los personajes clave son tres niños-  ofrece una certera lectura de la intrincada dificultad en muchas ocasiones de las relaciones familiares y de la capital importancia de una correcta educación a los hijos e hijas, todo ello en clave ácida pero con oportunas dosis de ternura con el fin de hacer una película que al final resulta amable pese al dramatismo de la esencia de su trama. Los veteranos directores y guionistas televisivos Andy Hamilton y Gut Jenkin- creadores de varios programas,  teleseries y sitcoms de éxito, entre ellos el mítico programa humorístico de sketches Estas no son las noticias de las nueve- han conseguido un modesto y simpático filme que va más allá del humor costumbrista británico para ofrecer una original parábola sobre la visión de lo universo infantil del mundo de los adultos repleta de símbolos y guiños en donde no se esquivan temas del calibre como la relación del ser humano con la vida y la muerte.

El punto de partida es la situación límite de un joven matrimonio inglés, el formado por Abi (Rosamund Pike) y Doug (David Tennant) que recién divorciado decide viajar con sus tres hijos de entre 4 y 10 años a las Highlands de Escocia para asistir al cumpleaños del padre de Doug, Gordy (Billy Connolly) ocultando su divorcio a Gordy y el resto de familiares escoceses. El patriarca, un excéntrico ex futbolista profesional de 75 años con un cáncer terminal al que poco le queda de vida, es un hombre carismático y despreocupado al que sus nietos adoran y le ven como el único adulto que merece la pena en una familia absurdamente disfuncional y con pintorescas tribulaciones. Los críos, dos niñas y un niño, se convertirán inesperadamente en los protagonistas de una historia en donde ellos no deberían serlo por un hecho fortuito, provocando todo un curioso climax de la historia que resulta de los más inteligentemente divertido del filme. Tampoco faltan momentos de ingenua poesía, ternura,  comedia costumbrista y algún apunte gamberro en una película en la que la heterogeneidad de esos elementos tal vez lastran la solidez de un guión que aunque amable y trabajado no consigue credibilidad por su a veces impostado forzamiento y algún momento tópico de sobra. Eso, si los tres grandes pequeños actor y actrices Emilia Jones, Bobby Smallbridge y Harriet Turnbull estan que se salen con sus conmovedoras interpretaciones y sus diálogos, según los directores en su mayoría improvisados por los propios niños. Advirtiendo en todo momento que esta no es un una película infantil, el espectador sin prejuicios podrá disfrutar de una historia con cierta miga pero entretenida, de los hermosos paisajes de la costa del norte de  Escocia muy bien fotografiada por Martin Hawwkins y de la bonita música con reminiscencias celtas de Alex Heffes, complementada con canciones del gran Mike Scott y sus Waterboys.