domingo, noviembre 20, 2016

EL CIUDADANO ILUSTRE






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Una curiosa y lograda disertación sobre el triunfo y sus consecuencias, los esfuerzos por llegar a lo más alto, los lastres del pasado, el cambio en las relaciones interpersonales y las envidias es lo que ofrece esta más que esforzada coproducción hispano-argentina dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat, una pareja profesional de directores cuya obra habrá que seguir con detenimiento. Con el premio al mejor actor en el Festival de Venecia de 2016 para un inconmensurable Óscar Martínez en un papel realmente goloso y lleno de recovecos y contradicciones que el intérprete argentino borda, El Ciudadano Ilustre  se postula como uno de los más brillantes filmes de este país sudamericano de los últimos años con su envoltorio de drama costumbrista con ribetes de comedia que esconde una crítica ciertas miserias comportamentales de de la condición humana como son los dobles raseros,  la hipocresía, la envidia y la ingratitud utilizando como elemento ilustrativo el regreso de un importante y exitoso escritor galardonado con el premio Nobel a su pueblo natal al que no había vuelto desde que se marchó cuarenta años atrás. Y es que la historia Daniel Mantovani durante los cuatro días que pasa en su pequeña localidad de Salas también sirve para hacer una metáfora de el poco esfuerzo que se ha hecho en Argentina por aceptar el triunfo de “ciudadanos ilustres” que han cimentado su éxito en países extranjeros. A veces agria, otras irónica, otras violenta y otras kafkiana y con un excelente uso del costumbrismo latinoamericano en su vertiente más rural que bebe de García Márquez o Juan Rulfo (aunque aquí desprovista de realismo mágico) y sin olvidar algunas pinceladas de Cortazar- la película en si contiene metarreferencias sobre la fabulación y la creación literaria-, el filme resulta poderosamente atrayente y se sigue con un interés pleno que solo se consigue con una historia casi prefecta que en definitiva es lo que ofrece.

Daniel Mantovani, en su regreso a Salas para recibir el título de ciudadano ilustre y ser objeto de una serie de homenajes, conferencias y agasajos varios se reencontrará con antiguos amigos y conocidos además de con algún amor de juventud y verá como en  un primer momento su condición de millonario triunfador en Europa (el escritor reside en Barcelona y ha vivido en diferentes países europeos) le proyecta como una especie de genio de lámpara maravillosa al que los vecinos del pueblo pueden pedir cuanto deseen y del que algunos parecen querer aprovecharse aunque las respuestas del literarato, agobiado por una responsabilidad inesperada y sobrevenido y por la incomodidad de estar en un pueblo con el que mantiene una recíproca relación de amor-odio, distan de ser las mas apropiadas. Posteriormente heridas mal cicatrizadas de un pasado y sobre todo el recelo de algunos vecinos que le consideran un renegado que en sus escritos se burló de su pueblo y de sus habitantes, convertirán su estancia en un infierno.  Un ritmo narrativo conciso y una puesta en escena muy natural y creíble trufada de más que correctas interpretaciones refuerzan los argumentos de este nuevo acierto del cine argentino, muy recomendable para sus incondicionales y degustadores de historias inteligentes y con poso humanista           

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