sábado, noviembre 05, 2016

YO, DANIEL BLAKE (I, DANIEL BLAKE )







*** y 1/2

La ganadora de la Palma de Oro de Cannes de 2016 lleva el sello de Ken Loach. Aunque el cineasta británico ha hecho películas bastante mejores que esta se puede decir que Yo, Daniel Blake es una de sus películas más inmediatas y más asumibles por parte de un espectro de público más amplio que el habitual de este cineasta pese a que como se acostumbra en su filmografía no estamos hablando de un filme en absoluto comercial. Las contradicciones de las políticas de los servicios públicos y de las ayudas a desempleados, personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social (tomando como contexto ilustrativo el Reino Unido pero extensible a otros muchos países “desarrollados”) es el leiv motiv de este sugerente y crudo film denuncia con el reconocible carácter verista-documental de Loach y sus reconocibles situaciones. Lo ridículo de una burocracia enfangada en ridículos trámites tanto telemáticos como físicos que en nada ayudan a un usuario necesitado que solo desea ver paliada su muchas veces penosa situación económica y social es lo que crítica con inteligencia y saña este nuevo esfuerzo de denuncia cinematográfica de Ken Loach, con un mensaje claro: Las supuestas sociales ayudas gubernamentales pueden agravar la situación de las personas si se gestionan pésimamente.

El personaje central del filme es Daniel (Dave Johns, un cómico stand up sin previa experiencia en la gran pantalla y aquí además en un registro netamente dramático) un carpintero de 59 años que tras sufrir un infarto debe dejar la vida laboral y recibir un subsidio por incapacidad que sin embargo se le niega tras un examen médico ya que según este si es apto para trabajar. Un bucle contradictorio, paradójico y grotescamente absurdo del que Dan tratará de salir lidiando con la burocracia y sus no menos absurdas normativas y su falta de pericia en el mundo de la informática e Internet, algo que le supone un serio handicap y al tiempo que debe pese a todo buscar un nuevo trabajo que reactive su extraña e inmerecida situación. En otras palabras, Daniel debe replantearse su vida en la que no encuentra ningún asidero, aunque la irrupción de Katie (Hayley Squires) una joven madre soltera nueva en la ciudad, desempleada y viviendo en piso sin apenas luz y calefacción, le dará un cierto empujón a su existencia especialmente cuando ambos formen equipo ante la falta de tacto de las instituciones. Una historia desesperante pero suavizada por una (difícil) historia de amor, un oportuno sentido del humor británico y los enormes matices del personaje de Daniel Blake, un hombre que consigue meterse al bolsillo al espectador con su sencillez y ganas de lucha: un estupendo trabajo interpretativo de Dave Johns. Al final del filme, se capta la moraleja es clara y contundentemente, exactamente el propósito del filme, y es que Ken Loach pese a altibajos nunca ha dejado de ser uno de los más grandes comunicadores del cine de hoy.         

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