miércoles, junio 08, 2016

ACANTILADO






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Interesante punto de partida, factura técnica más que correcta, interpretaciones esforzadas, un loable esfuerzo por equilibrar diferentes géneros… pero al fin y al cabo una película que falla en su intento de crear un thriller dramático creíble. Partiendo de la novela de Lucía Etxeberria El Contenido del Silencio, Helena Taberna (Yoyes, La Buena Nueva) trata de hilar una un tanto confusa historia en donde el thriller y el cine negro terminan empapados por el melodrama intimista y la crítica social y humanística con pinceladas de supuestamente cine fantástico escorado a la vertiente sobrenatural. Con ciertas concomitancias con recientes grandes aciertos del cine español como Magical Girl en cuanto a una tendencia por dejar sin explicar cuestiones clave (que al contrario que en aquella película en este caso pistas hay muy pocas y enormemente confusas) la película puede resultar atractiva en su principal logro que es el de conseguir que todo un escenario natural (en este caso la isla de Gran Canaria) aporte toda su esencia para empapar a la historia y a los personajes, bien desde su aspecto enigmático y más o menos esotérico como el de la propia idiosincrasia de su paisaje. Con el tema de las sectas y su influencia en los espíritus más débiles y vulnerables como telón de fondo, Acantilado bien puede parecer en un primer momento una crítica feroz contra las sectas y su afán por engaña y destruir a la gente, ero su finalidad real no parece querer mostrarse como correspondería a una buena película y al final el resultado termina lastrado por ese motivo.

Tres personajes centrales mueven la historia; por una parte Cordelia (Ingrid García Jonson) una joven vasca confusa, asustada y sensible que termina en Gran Canaria huyendo de su hermano en donde encuentra primero el amor con su compañera de piso Helena (Juana Acosta) y después la felicidad que siempre le había faltado en forma de una inquietante secta cultivadora de sus propios alimentos y de la meditación; Gabriel (Daniel Grao), el hermano de Cordelia, un exitoso fiscal que lleva años sin ver a su hermana; y la teniente Yaiza Santana (Goya Toledo) una policía que desde hace tiempo lleva siguiendo a la secta aún a costa de arriesgarlo todo. La muerte de varios miembros del culto al suicidarse colectivamente y la desaparición de Cordelia desencadenará un torrente de emociones, recuerdos y misteriosos mensajes todo con los secretos y enigmas de los personajes como telón de fondo. Aunque como thriller la película se puede decir que funciona medianamente los altibajos en la narración son constantes y no se logra atinar en el elemento dramático debido al hecho de representar la relación entre los dos hermanos como una incógnita que el espectador tiene que despejar sin casi ninguna pista y con elementos contradictorios. No obstante, puede que el filme haga cierta carrera internacional por lo a priori atractivo de su propuesta. Otro intento fallido en el cine español de hacer una película que se salga de las coordenadas de lo previsible