lunes, mayo 07, 2018

ISLA DE PERROS (ISLE OF DOGS)



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Wes Anderson es un director que, al menos hasta ahora, siempre consigue dar en la diana en cuanto a la calidad de sus películas. Ese universo suyo visualmente barroco y su peculiar estilo de comedia de sutil pero gamberra ironía puede que no consiga convencer y gustar a todo el mundo, pero que duda cabe que es un director peculiar y con un enorme sentido del riesgo como ya ha demostrado en Los Temenbaums (2001), Life Aquatic (2004), Viaje a Darjeeling (2007), Moonrise Kingdom (2012) o El Gran Hotel Budapest (2014). Esta nueva incursión en el cine de animación stop motion tradicional tras los excelentes resultados de El Fantástico Sr. Fox (2009) consigue ser una película original, con enorme mala uva y sobre todo muy divertida. Dirigido a un público adulto y con algunos insertos de animación de dibujos tradicional y por ordenador, este filme tiene como singular característica el de estar planteado en su forma como un homenaje al cine y la cultura japonesa y en especial a Akira Kurosawa, aunque dicho homenaje esta claramente previsto de parodia cierta chanza del mundo nipón que desde el país del sol naciente muchos no se han tomado muy bien. Utilizando de manera contemporánea los recursos de las fábulas con animales parlantes, el cuento de hadas y la mitología japonesa, Anderson nos plantea una tronchante y hábil sátira de la política internacional, las maquinaciones de los gobiernos y las multinacionales y la presión de los poderosos sobre el pueblo ambientada en un futuro distópico en el que en una ficticia ciudad japonesa, Megasaki, gobernada por un cruel pero ridículo alcalde dictatorial que tras una epidemia de fiebre canina decide extraditar a todos los perros de la ciudad a Isla  Basura, una insalubre isla-vertedero. Allí, un grupo de chuchos que han formado una especie de comando a las ordenes de un pendenciero perro callejero, Chief, recibe un día la inesperada visita de Atari, un huérfano de 12 años criado por su pariente el alcalde Kobayashi que busca a su perro Spots, aparentemente muerto en la isla. La búsqueda de Spots se convierte en el motor de parte de la historia que se desarrolla en la isla mientras que en Megasaki el gobierno municipal trata de neutralizar por pérfidos intereses los intentos de encontrar un antídoto para la gripe canina, las revueltas de los jóvenes estudiantes partidarios de los perros y denunciantes de las maquinaciones de Kobayashi y todo el revuelo ocasionado por la desaparición de Atari.   

Una interminable galería de pintorescos y logrados personajes, tanto humanos como perros, realza una historia que debe mucho al mundo del cómic con una calculada mezcla de manga e historieta occidental de aventuras en cuanto a su vertiente argumental atravesada totalmente por el ácido humor wesandersiano y sus referentes cinéfilos y de cultura pop, mientras que el aspecto formal, con unos conseguidos muñecos de latex animados mayormente a mano, bebe efectivamente del anime y la iconografía nipona (moderna y tradicional), las ilustraciones de los libros infantiles y el siempre presente apabullamiento visual del director y su querencia por los colores chillones y las puestas en escena aparatosas y engoladas, al mas puro estilo Ken Russell. Un montaje dinámico y un ritmo de la narración vibrante convierten a esta historia en una absoluta delicia en donde los momentos graciosos y los diálogos ingeniosos y con un descacharrante doble sentido se suceden mientras no dejamos de pensar en las similitudes de esta fábula con la vida real. Un buen puñado de conocidos actores norteamericanos y británicos prestan sus voces en la VO a la jauría de perros exiliados rebeldes: Bryan Cranston, Edward Norton, Scarlett Johannson, Liev Schriever, Bill Murray, Frances McDortmand, Tilda Swinton…De los personajes humanos japoneses, que hablan en lengua nipona en el filme, se ecargan repautadosa ctores de ese país como Ken Watanabe o Konichi Nomura, que es además uno de los guionistas del fime. Hasta la mismísima Yoko Ono interviene en el papel de una científica. Teniendo en cuenta que es una película dirigida al público adulto, Isle of Dogs es una película que se disfruta de principio a fin y nos muestra lo sano que es reírse de las miserias de nuestro mundo aunque sea por medio de un fábula fantástica         



domingo, mayo 06, 2018

UN LUGAR TRANQUILO (A QUIET PLACE)


 
*** y 1/2

Ciencia ficción-fantasía inusual y con premisa curiosa que podría convertirse en una película de culto aunque puede que no sea del gusto de los seguidores más acérrimos de las películas de invasiones extraterrestres ya que se apuesta por una vía de expresión más bien cercana al drama, sólo hay lo justo de acción, escasea la violencia y como rasgo más singular, apenas hay diálogos. Si, por que en este filme dirigido y protagonizado por el actor-realizador John Krasinski se habla lo justo y casi toda la comunicación es en lenguaje de signos por razones de la historia. Lo que se nos cuenta es el esfuerzo de una familia norteamericana por sobrevivir a una invasión alienígena (de la que apenas se nos dan datos) en donde una raza de extraterrestres invasores  depredadores carnívoros ciegos se guían por el sonido para capturar a sus víctimas humanas, lo que obliga a los supervivientes de la depredación -que se supone ha habido antes de los acontecimientos del guión- a moverse sigilosamente, no hacer apenas ruido y hablar sólo en idioma de signos. Es por tanto un drama-thriller con elementos psicológicos y familiares que para captar toda su esencia y disfrutar plenamente de ella es preciso seguir la historia con atención, tener empatía con la angustia de los personajes (algo que se consigue sin mucha dificultad dado el buen pulso narrativo del filme y el trabajo de los actores) y no esperar una película fantástica al uso.   

La comunicación y sus problemas, el miedo y el instinto de supervivencia son los tres temas principales que toca este filme, con el trasfondo de las relaciones de padres e hijos de fondo, elemento este último que dispensa algunos de los elementos más logrados y emotivos de la cinta sin olvidar algunos intensos segmentos de intriga que consiguen meter al espectador en un puño. Los Abbot (John Krasisnski y Emily Blunt), un joven matrimonio con tres hijos pequeños trata de buscar un lugar seguro para refugiarse de los voraces monstruos extraterrestres tratando de no dejar pistas de sonido. Desgraciados acontecimientos hacen que las relaciones sean difíciles en especial entre Lee, el padre y su hija Regan, que es sordomuda y la razón por la que su familia conoce el lenguaje de signos (Millicent Simmonds, sorda en la vida real y la revelación en El Museo de las Maravillas). Sin sustos fáciles, con pocos efectos especiales, sin recursos de terror de serie B y si con cierto halo de cine independiente y por que no, de western, esta película demuestra que una película de ciencia ficción puede funcionar perfectamente como un buen melodrama sin abandonar los elementos que se le presuponen al género. El reparto funciona extraordinariamente bien destacando especialmente sus intérpretes infantiles. Tal vez sobra un diseño de los extraterrestres que recuerda demasiado al de Alien, pero todo lo demás brilla en su plenitud. Recomendable tanto a seguidores del fantástico como a los que no sean fans del género.